El Extremadura Plasencia se enfrenta esta noche (20.00 horas) a un complicado enemigo, el Torrons Vicens C.B L’Hospitalet. El duelo es de enjundia, ya que ambos conjuntos se juegan muchísimo. Los catalanes tan solo suman una victoria más que los extremeños (ocho a siete) y en la clasificación actual ambos están en límite de la frontera entre el bien y el mal, como dice la canción de la mítica banda madrileña.

Una frontera que limita la permanencia. En el bien y de momento «salvados» está L’Hospitalet (sexto) y en el mal y en descenso (séptimo) el Plasencia, por lo que la trascendencia del resultado es mayúscula. La dinámica de los dos equipos, además, es totalmente diferente. Los anfitriones vienen de sumar dos victorias consecutivas ante Rioja (81-78) y en Ávila (53-59); y por su parte, los de Rafa Sanz encadenan tres derrotas consecutivas, la última además muy dolorosa en La Bombonera ante Albacete (72-73), por lo que necesitan revertir esta situación lo antes posible y para ello el técnico placentino apela, entre otros aspectos, a la fortaleza mental. «Estamos centrados en hacer un buen trabajo y merecer la victoria -señala -, no queremos que las últimas derrotas nos mermen moralmente. Tenemos que mantenernos juntos y no caer en el egoísmo. Hay que remar en la misma dirección para conseguir pronto una victoria».

Quiere recalcar el técnico la importancia del momento de la temporada, la igualdad de la competición y hace un llamamiento a la plantilla. «En los momentos de dificultad es cuando se ve a las personas. En esta fase va a descender el 50% de los equipos y nadie quiere estar entre los seis últimos. Cuando la dinámica es peligrosa, la tendencia del ser humano es intentar evitar responsabilidades, pero lo que tenemos es que estar tranquilos, centrarse en el juego y ser positivos y afrontar los partidos con el convencimiento de que somos capaces de ganar a cualquiera».

No le preocupa en exceso los bajos guarismos de los últimos partidos «Los tiros de campo siguen siendo bastante numerosos y el ritmo de juego es alto, con muchas posesiones, lo único que nos pasa es que el acierto ha disminuido y ha habido más pérdidas de balón de las convenientes. Hay que tener en cuenta la tensión competitiva de esta fase y afecta y a veces se falla lo que parece fácil».