Como en los mejores equpos, veteranía y juventud se complementan: Puente de Alcántara y deporte son un ejemplo. Veinte siglos, uno. Dos, el otro. El joven valora al ´viejo´, pues este último conserva la mejor forma física en el mundo, y tiene importantes partidos a sus espaldas. Partidos que han conformado, en mayor o menor medida, la realidad de Extremadura, la de este país y la del vecino Portugal. Consulta obligada para las mejores escuelas de ingenierías y arquitecturas.

Consulta obligada para las mejores obras públicas premiadas en Iberoamérica. Testigo de excepción de acuerdos entre políticos: Mario Soares, Felipe González e Ibarra, entre otros. El ´viejo´ siempre supo que sus años deben servir al joven. Pensamiento griego, aún siendo este ´viejo´ romano. Ya por los 70, hacía posible jugar partidos de fútbol, entre equipos de la extinta frontera extremeño-lusa, con jugadores de color, izado de banderas, obsequios e himnos.

Por este puente, de 57 metros de altura y casi 200 de largo, han cruzado deportistas escolares y discapacitados de ambos lados, para convivir a través del deporte. Esc onocido hasta en Chequia, país de Jiri Okac, aquel jugador del Cáceres para ACB que lo visitó invitado por Martín Fariñas, alcantarino, y entrenador del mismo. Pudo ver el checo que en esta región hay cosas tan ´grandes´ como él... y tan bellas como el deporte de la canasta. En él, la tetraolímpica Almudena Cid, de madre alcantarina, se comprometió a divulgar su historia por pabellones y platós de televisión. Por él corre Carmona, jugador del Barça, campeón europeo sub-17, también de madre alcantarina. Y el Paideuterion de balonmano, club emblemático cacereño, ha firmado un acuerdo de patrocinio con este puente.

Hasta hoy no han dejado de ser estos hechos aislados experiencias particulares. Ahora se pretende, con su petición de Patrimonio de la Humanidad, convertirlos en cotidianos y para todo el mundo. Méritos para el gran número de entidades deportivas y no deportivas, adheridas a esta petición, tiene. El gobierno autonómico ya separó Cultura y Deporte. El central lo hará en breve. Esperemos que sea separar, no diferenciar. Hechos como el del majestuoso puente ponen en evidencia que pueden ir de la mano. Hacen bien, por ello, sus gobernantes municipales en pedir declararlo de interés mundial apoyándose en el deporte. Acierto sin duda, pues éste, como los puentes, unen culturas, acercan pueblos y desarrollan sociedades.