Cualquiera de los 16 equipos que tiene por debajo se cambiaría por su situación, pero este ambicioso Extremadura, configurado para aspirar a lo máximo, está quedando insatisfechos a los suyos y, por momentos, su irregularidad está haciendo peligrar lo que todos daban como un hecho casi asegurado: jugar el playoff de ascenso a Segunda.

Este Extremadura, que ha llegado a ser líder del grupo en alguna ocasión, ha dilapidado la renta de puntos que mantenía sobre el playoff y ahora es cuarto, con sólo un punto de margen sobre el quinto, el Melilla, precisamente su próximo rival. La llegada de Martín Vázquez no ha reactivado al plantel y, las sensaciones, no mejoran. Con el técnico madrileño, el Extremadura ha ganado un partido de cinco y sólo ha sumado cinco puntos. El bagaje está lejos de un equipo que aspira a lo máximo.

La afición del Extremadura pide explicaciones a lo que está sucediendo, aunque éstas no terminan de llegar. La inestabilidad en el banquillo durante toda la temporada ha sido uno de los factores, según han confesado los propios técnicos que han ido llegando. El rendimiento de la plantilla, por debajo de lo esperado, también es otro factor de peso.

El pasado domingo en Jumilla, el Extremadura mejoró en juego, pero de nuevo se quedó sin dominar el marcador. Martín Vázquez sigue apelando al factor suerte y protege a sus jugadores. La afición le exige más autocrítica y la paciencia se agota. En las redes sociales el debate no ha terminado en saltar y la maniobra del vecino Mérida con Nafti ha sobrevolado en Almendralejo con el nombre de Juan Sabas, el técnico de la heróica permanencia. Su nombre ya salió a la palestra antes de que viniera Martín Vázquez, pero parecía osado. Ahora, en este momento donde el Extremadura busca agarrarse a un giro inesperado, su nombre no encaja tan mal, sobre todo en una afición que le ha clamado en redes sociales.

Desde el Extremadura abogan por la calma y la confianza, aunque el crédito de Martín Vázquez podría estar en juego en el partido del domingo ante el Melilla. El entrenador ha confesado en sus comparecencias que está convencido de trabajar en la buena línea.

Entre tanto nubarrón, el único sol que brilla es Enric Gallego, quien lleva siete goles en siete partidos de azulgrana. Su capacidad resolutiva está manteniendo vivo al Extremadura. Para el próximo partido es baja Willy, aunque el club ha recurrido la primera de las amarillas que vio en Jumilla.