Kobe Bryant ha regresado este domingo a las canchas de baloncesto casi ocho meses después de romperse el tendón de Aquiles pero no lo ha podido celebrar con una victoria (94-106) a pesar de que los Raptors de Toronto venían de perder cinco encuentros consecutivos y sin Rudy Gay, traspasado a Sacramento horas antes.

Bryant, al que le pesó la inactividad, ha firmado 9 puntos (2/9), 8 rebotes, 4 asistencias y 8 pérdidas de balón en 28 minutos. Por su parte, Pau Gasol, que no jugó en todo el último cuarto, ha registrado una pobre actuación con 7 puntos (3/11) y 8 rebotes en 24 minutos. El banquillo local, en cambio, ha aportado 71 puntos. Los Lakers no perdían en casa frente a los Raptors desde el 28 de diciembre del 2001.

Amir Johnson ha batido su récord anotador en la NBA con 32 puntos, en tanto que DeMar DeRozan y Kyle Lowry han añadido 25 y 23 tantos, respectivamente. Los Raptors, muy superiores en la pintura, rompen así una racha de diez derrotas seguidas en el Staples Center.

Público entregado a Bryant

La atmósfera en el Staples Center al principio del partido no presagiaba una noche así, sino que recordaba a las grandes ocasiones. La Marcha Imperial tronaba de forma ensordecedora justo antes de la presentación de Bryant, momento que provocó una explosión de júbilo en el pabellón.

Con el público entregado, la primera jugada de Bryant fue una asistencia a Robert Sacre, si bien su primer lanzamiento a canasta se quedó en un gancho que no tocó aro. Mientras los espectadores esperaban sus primeros puntos, los Raptors, motivados tras el traspaso que también involucró a Aaron Gray y Quincy Acy, se escapaban en el marcador de la mano de Jonas Valanciunas y un Amir Johnson especialmente inspirado.

Bryant, sin restricciones en sus movimientos aunque algo oxidado, estuvo muy pendiente de encontrar al compañero mejor situado y se fue al banquillo tras siete minutos en pista con dos asistencias, un robo y 0/2 en tiros. Cuando regresó a la pista, el líder de los Lakers encestó su primer lanzamiento de la temporada, a mano cambiada y contra tabla. A partir de ahí empezó a entrar en ritmo, aunque no lo suficiente como para poner freno a la rapidez de Kyle Lowry, DeMar DeRozan y al torbellino Johnson, que acabó la primera parte (47-51) con 23 puntos (10/13 en tiros).

Gasol, desaparecido y abucheado

Gasol, prácticamente desaparecido en la primera mitad, rompió desde el tiro libre una sequía de su equipo de más de tres minutos sin anotar, pero eso no evitó algunos pequeños abucheos por parte de los aficionados, que empezaban a desesperarse ante la falta de pundonor de los suyos (50-63).

Sobre los abucheos, el de Sant Boi, que aún tiene molestias físicas, les ha restado importancia pero ha prometido mejorar: "El público expresa lo que siente y lo que quiere. No he hecho un buen partido pero intentaré hacerlo mejor y ya está, sin más. No estoy al 100 por cien, pero trato de jugar con las molestias en el tobillo y voy a seguir así", señaló tras el partido.

Los Lakers acusaban las pérdidas de balón de Bryant y el desacierto en el tiro, factores que llevaron a los Raptors a ponerse 14 arriba (58-72). De nuevo respondieron los secundarios de los Lakers, con Young dirigiendo una orquesta en la que Henry y Jordan Hill tocaban las notas adecuadas. Llegado el último periodo, Mike D'Antoni mantuvo en cancha a su banquillo y dejó apartados a Bryant y Gasol. Henry se echó el equipo a la espalda y apretó las cosas (81-85), instante en el que el Staples pidió la presencia de Bryant sobre la cancha.

D'Antoni concedió ese deseo y el capitán apareció a falta de 6:53, pero no fue la respuesta que los Lakers anhelaban ya que se mostró desacertado e impreciso en el pase. Toronto dominó otra vez (85-95) gracias al temple de DeRozan, al que no le pudo la presión y gestionó de forma brillante el final del choque.