Una nueva edición de la LEB Oro arranca el viernes con parámetros algo distintos a los de las últimas temporadas, en las que los dos equipos recién descendidos desde la ACB eran claros favoritos por potencial económico respecto a los demás. Ocurrió hace unos meses con Obradoiro y Murcia, sin ir más lejos. Sin embargo, ahora Menorca y Granada --ambos acogidos a la Ley Concursal-- no parecen tan por encima de los demás, sobre todo los andaluces, lo que abre el abanico del ascenso a más candidatos. Entre ellos podría estar incluso el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, que pese a haber bajado su presupuesto ha configurado un equipo aparentemente competitivo, como ha demostrado en pretemporada.

La expresión de que el principal cliché de la categoría se debilita, ese que indica que los que vienen de descender tienen siempre las mejores plantillas, la puede configurar un vistazo al roster del Ford Burgos. Después de perder dos veces el playoff final por el ascenso, en la ciudad castellana han apostado definitivamente por culminar el éxito, afrontando varios de los fichajes estelares del verano. Son los casos del base Dani López, el escolta Rafa Huertas y el pívot Darren Phillip. Baste decir que los tres jugaron muchos minutos la pasada campaña en ACB.

Menorca en teoría es el otro favorito, pero habrá que ver cómo le afectan sus problemas institucionales. Tiene muchos nacionales con experiencia y calidad LEB, pero por ejemplo ha tenido muchos dificultades para incorporar a un segundo extranjero para acompañar a Taylor Coppenrath, que buscará su tercer ascenso seguido tras los de Alicante y Murcia. Granada está un peldaño por debajo tras un largo periodo entre los mejores que le ha dejado graves secuelas financieras. También le falta completar la plantilla, despejar dudas en la posición de base y esperar que llegue al fin la explosión de Mamadou Samb. Una de sus apuestas ha sido el ex Cáceres Francis Sánchez.

Las alternativas

Por detrás, muchos pueden animarse a asomarse a las primeras plazas. Aparte de Burgos, de entre los veteranos de la competición sobresale Canarias, con un juego interior muy poderoso en el que destaca el regreso a la isla de Jakim Donaldson, 'MVP' de la LEB Oro hace dos años y que la pasada campaña cumplió con creces en Menorca en la lucha con los grandes pívots de la primera división. Ricardo Guillén, Jesús Chagoyen y Fotis Lampropoulos completan un cuarteto temible, bien apoyado por exteriores fiables como el tirador Levi Rost, el ágil Nico Richotti y el peligroso Albert Sabat.

Tras el fiasco de la pasada campaña, en la que ni entró en playoff , Melilla --el único equipo siempre presente en la LEB desde su fundación hace 15 años-- intentará redimirse. No le faltan jugadores de calidad como el triplista Salva Arco o el máximo reboteador de la pasada edición, Kyril Wachsmann. Breogán es otro que suele fichar con acierto, sobre todo jugadores sin experiencia en España. Este año el riesgo se asume con Andy Ogide y Brook Sales. Girona, primer rival del Cáceres, siempre va de tapado , pero su sorprendente pasada temporada (cuarto), el regreso del incombustible Darryl Middleton (camino de los 45 años) y muñecas incansables como las de Marc Fernández y Xavi Guirao avalan su candidatura.

En este furgón estaría el Cáceres, con una estructura fundamentada en dos bases que podrían ser titulares, Carlos Cherry y Dani Rodríguez; cuatro aleros muy intercambiables, con el atlético Carleton Scott como emergente apuesta, y un juego interior en el que Leon Williams pondrá los rebotes y la experiencia, José Angel Antelo --supuestamente en papel estelar-- la sorpresa desde la línea de 6,75. El desconocido Justin Sedlak y el capitán Juan Sanguino son los encargados de darles descanso los relevos. Un equipo quizás con menos estrellas (y desde luego caché) que pasadas temporadas, pero más joven, largo en efectivos y dinámico.

Lucha abierta

Por detrás también puede pasar cualquier cosa: entrar en los playoffs es relativamente asequible porque el corte se hace en el noveno puesto, pero también hay que evitar el peligro de la última posición con el descenso y directo y el playoff de permanencia entre penúltimo y antepenúltimo.

Se ha criado una pobladísima clase media. León, liderado por otro ilustre veterano como Juanjo Bernabé, es otro de esos clubs que con muy poco dinero se las ingenian siempre para posicionarse bien.

Tras su excelente debut de la pasada campaña, Navarra quiere seguir creciendo, aunque eso pasa por recuperar a Ondrej Starosta como '5' de primer nivel.

Lleida y Tarragona han pescado en el mercado catalán, donde para ellos los jugadores de calidad son más baratos, aunque son dos clubs poco sobrados de dinero. Los ilerdenses parecen mejores gracias a Jason Detrick y Charles Ramsdell y dos jugadores con muchos minutos importantes como Paco Vázquez y Miquel Feliu.

Palencia quiere no pasar tantos apuros y dará un papel importante a otro ex del Cáceres como Jeff Xavier, que se une a Adrian Moss, miembro principal de un juego interior con mucho volumen. De Huesca no destacan tanto sus nombres como su estilo: Angel Navarro seguirá ordenando un baloncesto alegre, de mucha anotación, en el que se sentirá cómodo Miki Servera, una de las mayores promesas del basket nacional.

Y es que otra vertiente de la LEB Oro es la de ser laboratorio de talentos. La Palma y Clínicas Rincón Axarquía repiten como filiales de Gran Canaria y Unicaja. Como es fácil de imaginar, rezuman calidad juvenil y poderío físico, aunque también inexperiencia. Serán dos equipos muy complicados de ganar.

Los nuevos en el club serán el Knet Rioja y el regresado Mallorca. Sus pretensiones no pueden pasar de mantenerse y le han dado continuidad a las plantillas que les dieron el ascenso desde la LEB Plata. Son dos equipos muy marcados por la personalidad de sus respectivos entrenadores, Jesús Sala y Xavi Sastre.