Hacía más de seis meses que no se contemplaba una estampa siquiera similar: los futbolistas del Cacereño pisando, con naturalidad (algunos incluso con cara de no creérselo) el terreno de juego del Príncipe Felipe. El encuentro de mañana ante el líder, Cartagena (12.00 horas) será histórico y contará como la jornada para el recuerdo estadístico real, pero el día de ayer también pasará a los anales por otro detalle en absoluto nimio: los jugadores estuvieron ejercitándose en el renovado césped durante una parte del entrenamiento. Salta la noticia, que diría el clásico.

"El césped está bien", se coincidía. Sí, pisarlo es todo un placer en una mañana fría, pero de caracteres ilusionantes en el CPC. No solamente era la hierba, sino todo lo que rodeaba. El espectáculo estaba en el más recóndito rincón del estadio cacereño. "No estará todo preparado, pero ya volveremos la semana que viene. No te preocupes, que en el próximo partido lo tendrás todo perfecto". Jaime Gutiérrez, 'Turu', ahora directivo, se afana en limpiar la Tribuna, una imagen que da a entender el ambiente estajanovista y desinteresado que un puñado de aficionados al fútbol han puesto estos días.

Arremangado también está Narciso Blanco, vicepresidente comercial, que está en el palco. Y como él gente que tendrá que pasar también a la historia por pasarse días casi completos adecentando el estadio, ese al que vuelve mañana el equipo extremeño, ese que por momentos estuvo perdido para la causa verde.

Ni el lógico protagonismo del técnico, Angel Marcos, en la rueda de prensa previa al choque, resta un ápice de interés al espectáculo que se está produciendo en el coliseo cacereño. Ni que Martins esté virtualmente descartado. Ni que el equipo piense que se le puede ganar al líder. Aquí el verdadero protagonista es el Príncipe Felipe, el recinto en el que hay gente currando para que lo de mañana sea una fiesta.

Las entradas siguen vendiéndose en el Centro Comercial Ruta de la Plata. Se preparan migas. Se quiere público que disfrute. Se piensa en un día para el recuerdo. Pero ahí hay mucho trabajo detrás que si no fuera por las imágenes que se muestran más de uno no daría crédito a lo que está sucediendo. Pues sí, el CPC vuelve de donde nunca debió marcharse.