RUSIA: Akinfeev; Smolnikov, Berezutsky, Ignasevich, Schennikov; Golovin (Mamaev, min.46), Neustädter (Glushakov, min. 46), Kokorin (Shirokov, min. 75), Smolov, Shatov y Dzyuba.

ESLOVAQUIA: Kozacic; Pekarik, Skrtel, Durica, Hubocan; Kucka, Pecovsky, Mak, Weiss (Svento, min. 72); Hamsik y Duda (Nemec, min 67).

GOLES: 0-1, min. 32: Weiss. 0-2, min. 45: Hamsik. 1-2, min. 81: Glushakov.

ARBITRO: Damir Skomina (Eslovenia). Mostró cartulina amarilla a Durica (min 46), por parte de Eslovaquia.

INCIDENCIAS: Segunda jornada, grupo B.

Rusia sigue siendo protagonista destacada de los incidentes que se están produciendo en la Eurocopa. En un desafío a las autoridades francesas, algunos aficionados decidieron mantener elevado el tono de crispación. Uno de ellos encendió una bengala durante el partido que la selección perdió ante Eslovaquia (1-2) pese a la prohibición de entrar material pirotécnico en los estadios y a las advertencias y la sanción que ha recibido la Federación Rusa tras los incidentes de Marsella en el partido frente a Inglaterra.

Las trifulcas fueron brotando ayer por las calles de Lille en la que coincidieron rusos y eslovacos, así como ingleses y galeses, cuyos equipos juegan hoy en Lens un partido que puede ser trascendental para el desenlace del grupo (15.00 horas). Las dos localidades están separadas por menos de 40 kilómetros.

Rusia se puso de lado de sus aficionados; al menos de los 43 que iban en un autobús que fue retenido por la policía francesa para investigar la participación de esos individuos en los graves incidentes de Marsella. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, calificó de "arbitrario y discriminatorio" que el vehículo fuera interceptado y aseguró que las autoridades francesas no les informaron. Ni al Ministerio ni a la embajada. Lavrov fue más allá relatando que "las fuerzas especiales" estaban preparadas para intervenir y asaltar el autobús ante la negativa de los ocupantes por descender. Lavrov había convocado antes al embajador de Francia en Moscú para interceder por los aficionados, denunció "la instigación de ánimos antirrusos" e insinuó que el incidente podía dañar las relaciones ruso-francesas.