Su nombre es Peter Sagan y conviene comenzar a memorizarlo porque este joven ciclista, de solo 21 años, va para grandiosa estrella de este deporte. ¿Hasta dónde puede llegar? Es algo que no se sabe. Pero a su temprana edad ya es capaz de triunfar al esprint en una carrera de la importancia de la Vuelta y comenzar a resistir la media montaña, lo que no consiguen muchos velocistas, porque Sagan, seguramente, se resistirá a pasar a la historia del ciclismo simplemente como un corredor capaz de ganar al resto cuando el pelotón llega compacto.

Por fin, a la etapa 12, la tranquilidad se apoderó de la ronda española y se vivió el segundo esprint en su pura esencia, ya que la segunda etapa, que también tuvo llegada masiva, fue más bien inusual por culpa de un duro repecho que apareció a 300 metros de la línea de meta.

Sagan, a los 21 años, ya ha sido campeón del mundo de bicicleta de montaña y en la primera carrera que disputó como profesional, en Australia, no se le ocurrió otra cosa que fugarse junto a Cadel Evans y Alejandro Valverde. Y lo hizo sin arrugarse.

Sagan se impuso el mes pasado en la Vuelta a Polonia. En junio, se llevó dos triunfos en la Vuelta a Suiza. Por ahora, en la Vuelta no parece que el hecho de ser un inexperto en este tipo de pruebas le pase factura. Es la perla de un Liquigas que pretende ganar en Madrid con Vincenzo Nibali, al igual que hace un año, mientras el otro líder, Ivan Basso, ya piensa en el próximo ejercicio. A Sagan lo cuidan porque en el conjunto italiano saben que en sus piernas puede estar buena parte del futuro de este deporte. En la Vuelta, mientras, Bradley Wiggins se mantuvo de líder sin problemas.