En el pandemónium que se ha generado con la finalización de competiciones modestas por el covid-19 no hay que pasar por alto el ascenso de un equipo cacereño de baloncesto a una categoría nacional como es la Liga EBA: hace unos días se hizo oficial que al Sagrado Corazón, líder del grupo extremeño de Primera cuando el virus lo paró todo, tenía derecho a ascender.

Pese a lo inédito de lo sucedido, poco se puede discutir de la justicia de la decisión federativa, al menos en este caso: 16 victorias en 16 encuentros de liga regular, a las que habría que sumar las dos de la Copa.

Se trata de un proyecto humilde liderado por Juan Pablo Márquez en los banquillos y su esposa, Pilar García, en la gestión. El baloncesto cogió fuerza en el Sagrado Corazón, un histórico centro educativo de Cáceres, a partir de 2012. Ese trabajo permitió competir en Primera hace dos años. El ‘salto de calidad’ que han dado varios refuerzos permitió pasar de la solitaria victoria de la temporada 2018-19 a la perfección de la 2019-20.

«Teníamos chicos vinculados al colegio que tenían la voluntad y la edad de jugar. Luego llegó gente para que el equipo tuviese más recursos y los jóvenes son un año mayores. El trabajo que se hizo se ha visto reflejado», comenta Márquez, un técnico sevillano afincado en Cáceres desde hace casi tres décadas que ha dirigido en LEB Oro (Tarragona), Plata (Plasencia y también Tarragona), EBA (Habitacle Badajoz) y LF2 (Femenino Cáceres), entre otros.

Reconoce que es «una circunstancia en la que es difícil sacar pecho», pero también que es «una pequeña alegría que compartimos con la gente de esta familia nuestra». Ahí incluye un agradecimiento especial al colegio y a Extremadura Sport, que ha vestido al equipo con la marca Errea.

¿Y ahora? ¿Saldrá el equipo en EBA? Casi todos los anteriores campeones de la Primera extremeña renunciaron a hacerlo porque el salto (dinero, viajes, nivel deportivo) es importante. Las condiciones no dejan de ser complicadas para club sin grandes apoyos detrás. «De momento, la idea no nos ha asustado del todo. Lo estamos valorando todavía: posibles ayudas, los costes objetivos de la competición, la incertidumbre que hay por la excepcionalidad de todo...», comenta Márquez, que no quiere dejarse a ninguno de los jugadores del ascenso atrás. No se logra un ascenso todos los días.