Osasuna: Ricardo; Azpilicueta, Cruchaga, Josetxo, Monreal; Puñal, Javi García; Juanfran (Héctor Font, m.69), Plasil, Vela (Delporte, m.87); y Kike Sola (Pandiani, m.77).

Atlético de Madrid: Abbiati; Antonio López, Perea, Eller (Ze Castro, m.46), Pernía (Valera, m.46); Luis García, Cléber Santana (Mista, m.64), Jurado, Reyes; Maxi Rodríguez y Forlán.

Goles: 1-0, m.1: Kike Sola. 2-0, m.5: Vela. 2-1, m.26: Forlán. 3-1, m.76: Héctor Font.

Arbitro: Alfonso Alvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó a Josetxo (m.66), de Osasuna, y a Perea (m.5), Eller (m.11) y Valera (m.89), del Atlético.

Incidencias: Partido de la vigésima quinta jornada de Liga disputado en el estadio Reyno de Navarra ante la presencia de 17.384 espectadores.

Osasuna conquistó una victoria vital en la lucha por la permanencia al derrotar por 3-1 a un Atlético de Madrid que cierra una semana fatídica, en un duelo donde los rojillos buscaron con más ambición el triunfo.

Los navarros protagonizaron una salida explosiva, con dos goles de Kike Sola y Vela, en cinco minutos, que no hacían más que reflejar la superioridad local ante un rival timorato que salió completamente descentrado.

El equipo navarro puso en franquicia el encuentro a los 53 segundos. Plasil peinó un centro de Javi García para habilitar un ataque de Vela y Kike Sola ante Abbiati, que nada pudo hacer ante el gol servido en bandeja por el mexicano al delantero (1-0, m.1).

Plasil y Vela volvieron a aparecer para el segundo tanto. El checo tocó el balón antes de recibir la falta Perea para dejar de nuevo en franca posición a Vela, quien, aunque escorado, marcó con la zurda de tiro raso (2-0, m.5).

El Atlético, que para los once minutos tenía a los dos centrales tarjeteados, era un manojo de nervios en defensa e incapaz de tener alguna posesión larga de balón, pero Forlán tradujo en gol el único disparo visitante de la primera parte, además en una acción muy alejada del área, un lanzamiento desde unos 25 metros que se coló en la portería navarra tras pegar en el poste (2-1, m.26). Pero esto fue un espejismo y Font redondeó la cuenta en el 76.