Pocas veces una derrota tan escandalosa ha provocado tan buena reacción en el perdedor. Sucedió el domingo, cuando el Zarceño fue goleado en su propio estadio por el Don Benito por un incontestable 0-8.

Sin embargo, no hubo un atisbo de mal rollo ni de tristeza en el club de La Zarza, un municipio de unos 3.500 habitantes a 20 kilómetros de Mérida y que hasta 1991 se llamó Zarza de Alange. El responsable de sus redes sociales, un arquitecto recién licenciado llamado José Luis Mansilla, lo resumió en Twitter: «En lo deportivo abultada derrota... En lo personal toda una magnífica victoria. Fue un día de reencuentros, emociones a flor de piel, lazos de amistades... y amistades hermanadas... Tarde que quedará grabada en todos nosotros».

El entusiasmo recogía lo sucedido en el campo, donde el Don Benito, de Segunda B --el Zarceño acaba de subir a Primera Extremeña, dos escalones por debajo-- fue agasajado. Que los goles fuesen cayendo inexorablemente (el resultado era 0-5 al descanso, cuatro de Hendrio) no enturbió el ambiente. Hay ilusión en La Zarza tras 20 años sin fútbol en la localidad, desde mediados de los años 90 a 2016.

Al final, todo es cuestión de buscar lo positivo, sobre todo cuando no hay puntos en juego y las relaciones entre los clubs son tan buenas.