Con más de cinco millones de seropositivos, Suráfrica es el país con más infectados por el VIH del mundo. Esta epidemia, y su estela de enfermos de larga duración, muertes y huérfanos, es uno de sus mayores retos si quiere sobrevivir en un futuro. Gobierno y sociedad civil no escatiman en campañas de prevención y distribución de preservativos, y parece que poco a poco aumenta la conciencia y se reduce el número de nuevas infecciones. Los propios enfermos, organizados en asociaciones como la Campaña por el Acceso al Tratamiento, se han movilizado para eliminar el estigma social que pesa sobre ellos y por exigir mejor acceso a los fármacos.