La práctica totalidad de la Tercera División extremeña ya está en marcha. Desde hace varios días trabajan Coria, Extremadura B, UP Plasencia y Llerenense, y este miércoles se le sumaron otros trece clubs. Todos han vuelto a los entrenamientos en un panorama donde las dudas reinan y con un protocolo sanitario difícil de asumir. Por delante, cinco semanas y media de preparación hasta el comienzo de la temporada, el 18 de octubre, lo único realmente claro.

La falta de acuerdo entre el Consejo Superior de Deportes (CSD) y las federaciones deportivas para el retorno del deporte no profesional complica la vuelta al trabajo de unos clubs con unos recursos muy escasos. Esa falta de acuerdo se traduce en que el protocolo a seguir es el que se aplicó para el final de la temporada pasada. Es decir, que los test serológicos para detectar el covid-19 son obligatorios antes de la vuelta a los entrenamientos y antes de cada partido, aunque sea amistoso.

Algunos de los clubs que arrancaron ayer se los hicieron (Cacereño, Diocesano o Moralo son algunos), mientras que otros han decidido esperar y hacer una vuelta a los entrenamientos escalonada, con entrenamientos individuales o en grupos reducidos.

COMPLICADO VOLVER

De las dificultades sobre la vuelta a los entrenamientos en estas condiciones alertó Antonio Jesús Cobos, técnico del Azuaga, uno de los trece clubs que este miércoles se pusieron en marcha (los otros son Cacereño, Arroyo, Diocesano, Trujillo, Miajadas, Moralo, Chinato, Aceuchal, Calamonte y Lobón). «Tal y como está el país es muy complicado volver. El fútbol es un deporte de contacto y los futbolistas no viven en una burbuja, para estar seguros sería necesario hacerse test todos los días».

Cobos cree que no solo es necesario un protocolo de seguridad, sino también uno deportivo, que aclara qué pasa si hay un positivo durante la competición. «Si juegas un domingo y un futbolista da positivo a los pocos días tendrían que estar en cuarentena tanto sus compañeros como los rivales a los que se enfrentó. Y la cuarentena son dos semanas», advierte. «Un positivo complicaría mucho la competición», añade, quizás pensando en lo sucedido en Segunda con el caso del Fuenlabrada.

Esta situación de incertidumbre ha llevado, cuenta Cobos, a los cinco equipos de Tercera de la provincia de Jaén a suspender los entrenamientos. «En Córdoba (su provincia) sucede lo mismo, necesitamos que todo se aclare antes de volver al trabajo».

También cree el técnico del Azuaga que las cinco semanas y media de preparación serán pocas, «sobre todo teniendo en cuenta que nosotros no entrenamos todos los días». Y se complicará al ser difícil jugar amistosos, ya que antes de cada partido también serían necesarios test serológicos. «El coste económico de continuas pruebas es inasumible», reitera.

La asistencia de público a los estadios es otra de las grandes dudas. De momento, todos los clubs han prohibido a los aficionados acudir a los entrenamientos a la espera de que el panorama se vaya aclarando. Muchas dudas que todos tratan de superar con la ilusión de volver a jugar al fútbol.