La igualdad fue total. Roger Federer y Rafael Nadal ganaron ayer los mismos juegos: 26. El triunfo se decidió por detalles mínimos. El tricampeón de Roland Garros superó a Federer en el combate cuerpo a cuerpo, en los intercambios largos, pero el heptacampeón de Wimbledon esquivó el KO gracias a su servicio. Esa fue la gran diferencia en la final. Federer sabía que era fundamental apuntarse el primer set para afrontar con éxito la final de Wimbledon. El suizo salió en estampida desde el primer punto. Quería imponer el ritmo, controlar el partido y marcar la diferencia. Y lo logró al romper el servicio de Nadal en el segundo juego y en el tercer break point. Fue una rotura de oro porque después, durante 44 juegos, no volvería a conseguirlo.

Cualquier otro jugador no habría tenido suficiente con ese pequeño margen. El mismo Nadal logró hacer cuatro breaks, uno más que Federer, y no pudo aprovecharlo. La explicación fueron los tie break . En esa lotería Federer fue el mejor siempre. El suizo logró apuntarse el primero en el quinto set ball (9-7) que dispuso. Ese set le permitió afrontar con más tranquilidad el resto del partido. No solo eso. En el segundo tie break del partido volvió a deshacer la igualdad del marcador con rotundidad después de que Nadal le arrebatará el segundo set.

CONTRA LAS CUERDAS Federer se sintió ayer contra las cuerdas, se sintió en el filo del alambre en más de una ocasión y tuvo que sacar golpes geniales de su raqueta para evitar la derrota. Por eso no tuvo reparos en destacar el partido de Nadal. "Ha jugado un tenis fenomenal. Ha mejorado mucho. Este año tenía un plan de juego para atacarme. Ha estado muy agresivo y ha demostrado que es mucho mejor sobre hierba. No es solo un jugador de tierra. El año pasado golpeaba a la bola fuerte sin saber demasiado por qué. Nadal ha demostrado hoy que es un jugador capaz de hacerlo bien en cualquier superficie. Creo que merece ganar el título aquí en Wimbledon. Tengo el máximo respeto por él", aseguró Federer.

El suizo tuvo que sufrir ante Nadal como no recordaba que lo hubiese hecho el año pasado. El español le machacó sobre su revés (el suizo perdió 38), pero no solo eso. En el cuerpo a cuerpo, le ganó la partido y le forzó a fallar esa derecha con la que decide siempre los partidos. A Federer le costó romper el ritmo de un rival que era capaz de sorprender con subidas a la red, dejadas inesperadas y atacarle también sobre su derecha. Nadal hizo sufrir al campeón como posiblemente nunca lo había hecho desde que ganó su primer Wimbledon en el 2003.

Nadal se acordará de esos cuatro break points que se le escaparon ayer en el quinto set. Hasta entonces el tenista manacorense había aguantado a Federer y parecía dispuesto a encarar la victoria que se había trabajado golpe a golpe. Ahí se le escapó su gran oportunidad. Nadal tuvo dos 15-40 y no pudo aprovecharlos en ninguna de las dos ocasiones. Ahí estuvo la clave. En ambas, el servicio de Federer evitó el desastre al suizo. Pero en el quinto juego Nadal tuvo la ocasión más clara. Federer había perdido un punto por rectificación del Ojo del Halcón (Nadal acertó cuatro de las cinco veces que solicitó la comprobación). Federer se indignó y se encaró al árbitro portugués Ramos. "Me estás asesinando", le dijo descorazonado por su mala suerte.