Después de años de trabajo, de meses de especulaciones y de interminables semanas de preparación, las nuevas finales de la Copa Davis de tenis ya son una realidad. El sueño tantas veces relatado por Piqué se cristalizó ayer en la Caja Mágica, con los mejores jugadores del mundo reunidos para pelear por el título mundial del tenis, pero la respuesta del primer día de competición, a la espera de que hoy debute el equipo de España, se saldó con una tímida asistencia e implicación, en comparación con la grandilocuencia que rodea a toda la organización.

La nueva pista diseñada para el torneo demostró ser versátil: permite saques con los que se puede marcar la diferencia, pero también largos intercambios de golpes que enriquecen el espectáculo.

La pista central registrará su primer lleno esta tarde. España irrumpe en la nueva Copa Davis con Rusia como primer rival y comprometido con el papel de aspirante que le aporta el número uno del mundo, Rafael Nadal, el potencial y la experiencia del resto del equipo, la condición de local y las bajas de última hora que debilitan, teóricamente, a sus primeros adversarios. Es el único candidato con dos ‘top ten’ en sus filas (Nadal y Roberto Bautista).