El vestuario del Extremadura continúa preparándose para una hipotética vuelta a la competición en Segunda. Encuadrados dentro del fútbol profesional, han visto desde la ventana cómo se sucedían las noticias de la cancelación de las competiciones regulares para el fútbol no profesional y los sistemas de playoff exprés planteados para jugar lo mínimo posible. Lejos de un puro interés clasificatorio (que también existirá), dentro del plantel del Extremadura tienen una cosa clara: la salud es innegociable.

«No entendemos la posibilidad de poder volver a jugar. Hay más de 500 muertos en España por día y parece una locura sólo pensar en poder volver a los campos, pero veremos a ver qué ocurre», dice Zarfino. El capitán es el hilo directo del vestuario con el resto de capitanes que están en la AFE. El pensamiento es compartido, pero las presiones por reactivar la competición siguen dejando un mar de dudas.

LaLiga quiere acabar la competición en el césped y trata de convencer al Consejo Superior de Deportes con un protocolo de seguridad y prevención ante el Covid-19 que llegue a todos los clubes. Desde el vestuario azulgrana entienden que el protocolo es «casi prohibitivo» para clubs modestos y son escépticos en pensar que pueda cumplirse. Ayer, Bastos también reiteró la idea del vestuario: «nosotros nos preparamos para todo, pero ahora nos resulta difícil pensar en jugar a fútbol, verdaderamente».

La plantilla a también se muestra totalmente en contra de jugar encuentros cada 72 horas. «Eso es inviable para clubes como el nuestro», dice Pedro José, ayudante del cuerpo técnico de Manuel Mosquera. «Jugar dos meses a ese ritmo, con los recursos que nosotros tenemos, es una desventaja con respecto a muchos equipos», ratifica Zarfino, el capitán.

Los jugadores también arropan las palabras de miedo de José Antonio Pardo, cuya mujer está embarazada. “De estas historias habrá muchas en otros equipos. Son personas antes que futbolistas», dice con claridad Pedro José.