Otro duelo de la clase media para el Cáceres 2016. El grupo de Ñete Bohigas se enfrenta hoy al Farho Gijón (20.45 horas, pabellón La Guía) con la esperanza de volver a caminar por la senda del triunfo, de la que parece haberse desviado en las dos últimas semanas. Las últimas y dolorosas derrotas (apabullados en Valls y superados por el Ciudad de Huelva tras prórroga) han aminorado en parte el ambiente de cierta euforia que se vivía en el club verdinegro tras varias exhibiciones consecutivas.

La ausencia del capitán Juanmi Morales, lesionado con una fascitis plantar que le impidió viajar ayer, y la presencia de Oscar Ruiz, que de momento sigue en el club, son las principales novedades verdinegras para este encuentro, que mide a dos equipos igualados a cuatro victorias y otras tantas derrotas y que están situados en la zona media-alta de la tabla clasificatoria.

MORAL LOCAL Los gijoneses, entrenados este año por el argentino Diego Tobalina, llegan de conseguir un triunfo de prestigio el año pasado en Algeciras y quieren reeditar ante su afición su buena marcha en la LEB tras un inicio algo dubitativo. El consejo de administración gijonés --es sociedad anónima desde los tiempos en los que militó en la ACB-- ha declarado el partido como día del acompañante, abaratando precios para que el pabellón registre un aspecto mejor al de los últimos encuentros, en los que las gradas apenas se han cubierto debido a la frialdad con la que se ha acogido el proyecto.

"Lo que tenemos que intentar es volver a nuestro nivel habitual y que gente importante en el equipo como Asselin o Blackshear vuelvan a sus números habituales", reflexionaba anoche el presidente del Cáceres, Felipe Fernández, quien confía en que los jugadores de Ñete Bohigas vuelvan a darle una alegría.

ALTERNATIVAS Fernández confirmó lo adelantado ayer por este diario: el pívot Oscar Ruiz se queda, de momento, en la plantilla. "Son muy caros para nosotros", argumentó para referirse a los posibles sustitutos que se habían barajado y con quienes se había contactado para que alguno de ellos fueran el recambio de Ruiz, que tenía oferta del Monzón, de la Liga EBA, para disfrutar de más minutos de juego.

Tres eran los nombres a los cuales se había querido contratar: Lluis Martínez, exjugador de Barcelona, Fórum y Melilla, entre otros; José María Balmón, ex de Estudiantes, Complutense y La Palma que ahora no tiene sitio en el Polaris World Murcia y Mario García, otro pívot con un respetable currículum que ahora se entrena, sin opciones a jugar, en el Etosa Alicante, líder invicto de la Liga ACB.

El Cáceres espera que alguno de ellos rebaje sus pretensiones para intentar de nuevo el fichaje, pero hay muy pocas posibilidades de que ello suceda, en principio, debido fundamentalmente a los ajustes presupuestarios del club, que insiste en que sólo se gastará lo que tenga programado para este año.

Antes de que ello pueda suceder, en el Cáceres esperan dar un golpe de mano importante en Gijón, un lugar emblemático asociado a un grupo muy significativo de la afición verdinegra: la peña 36+14 del emotivo Manolo Cambero tuvo su origen en el pabellón asturiano. Fue en el ya lejano año 1992, en aquella mítica temporada en la que Cáceres estaba cimentando su inesperado éxito de subir a la ACB. Pero aquellos eran otros tiempos que muchos siguen recordando con nostalgia en la ciudad.