ARROYO: Saavedra; Felipe Belmonte, Sergio Castaño, Garrido, Carlos Fernández; Alfaro (Ruano, min. 60), Nauzet (Morán, min. 73), Carlitos, Abel Buades; Iban Espadas, Toni (Edu Espada, min. 55).

ALBACETE: Campos, Alba, Castillo, Santamaría, Carlos, Curto (Domínguez, 86I), Candela, Núñez, Zurdo (José Alberto, 83I), Sergio Molina (Grande, 88I), Calle.

GOLES: 1-0 (7I): Carlitos. 1-1 (41I): Sergio Molina. 2-1 (93I): Buades (pti).

ARBITRO: Hernández Cifuentes (Castellano Leonés). Tarjetas a Nauzet, Felipe; Zurdo, Candela y Núñez. Roja a Castillo (92) y Alba (90).

Arroyo y Albacete Balompié brindaron un encuentro competido, con alternativas y emoción hasta el último suspiro, que se acabó adjudicando el conjunto extremeño gracias a un tanto 'in extremis' y desde los once metros de Abel Buades (2-1).

Los manchegos acabaron con nueve jugadores por la expulsión de Alba, que pisó a Nauzet delante del colegiado, y de Joan Castillo, que vio la roja directa en la jugada del penalti. Encadena así dos derrotas consecutivas el conjunto de Antonio Gómez, que le dejan fuera de los puestos de promoción. El Arroyo, por el contrario, toma oxígeno y se afianza en la zona tranquila de la tabla clasificatoria.

Arrancó el Albacete Balompié con ganas de enmendar el tropiezo de la semana pasada ante el Cartagena. Los de Antonio Gómez propusieron fútbol de inicio y firmaron su primera llegada con un lanzamiento de Víctor Curto que no fue a mayores.

Sin embargo, iban a adelantarse los ajedrezados en el marcador en el minuto 7 fruto de la presión que ejercieron sobre la salida del balón. Carlitos remató un centro de Felipe Belmonte al segundo palo, empalmando un voleón y ajustando su remate a la madera del arco custodiado por Campos.

Con el 1-0 el Arroyo empezó a dominar y a disfrutar de las mejores ocasiones, aunque en el minuto 13 Víctor Curto lo volvió a probar desde el balcón del área, sin problemas para Saavedra.

Al margen del gol, la mejor ocasión del primer tiempo para los de Juan Marrero se produjo antes de la media hora de juego. Alfaro se plantó solo ante el cancerbero visitante e, incomprensiblemente, falló un gol que parecía cantado.

Lamentó su falta de pegada el bloque blanquiazul, puesto que antes del descanso los del Carlos Belmonte iban a neutralizar la renta local. Cuando peor lo estaba pasando el Albacete Balompié llegó el tanto de la igualada.

El delantero andaluz Sergio Molina impactó el balón desde el punto de penalti y lo colocó en la misma escuadra, haciendo bueno un centro de Víctor Curto. Inalcanzable para Saavedra. Despertaba el Albacete Balompié antes del asueto y el Arroyo que rezaba para que el primer tiempo acabase.

SEGUNDA PARTE El Albacete entró mejor en el campo tras el paso por vestuarios, aprovechando el viento favorable que soplaba sobre Arroyo. Bien pronto advirtieron los de Antonio Gómez. Corría el 52 cuando un centro de Zurdo no encontró rematador.

Cinco minutos más tarde, buena jugada colectiva trenzada por los albaceteños que acabó con un disparo seco y duro de Alba. Saavedra atrapó en dos tiempos.

Empezaba a tocar el Albacete, con calma, moviendo bien en el centro del campo y llegando con mucho peligro. En el 70I pudo remontar Sergio Molina, pero el malagueño no alcanzó con claridad una asistencia de Curto.

El Arroyo, por entonces, casi no incomodaba a los manchegos. Sólo lanzamientos lejanos que Campos no sufrió para repeler. De nuevo la tuvo Sergio Molina en el minuto 80. El atacante pudo establecer su segundo tanto en una jugada de espaldas a la portería del Arroyo. Sin embargo, su tiro se marchó por encima del travesaño.

Y, cuando parecía que el partido iba a terminar en tablas, empezó el declive del Albacete. Antonio Gómez dio entrada a sus juveniles para arañar unos minutos, pero en el 90 se quedaba con un hombre menos por la expulsión de David Alba.

El colegiado consideró que pisó a Nauzet tras una falta y le mostró la cartulina roja. Dos minutos más tarde, Joan Castillo derribó a Iban Espadas en el interior del área y el colegiado no dudó en señalar el punto de los once metros y la expulsión del central catalán.

Silencio contenido en las gradas del Municipal y Abel Buades que aseguró para establecer el tanto de la victoria. Euforia total. No hubo tiempo para más.