Los ingenieros de aerodinámica intentan resolver una ecuación imposible: ¿Cómo hacer que la fuerza del aire pegue el coche al suelo en las curvas, sin que esa misma resistencia haga disminuir la velocidad del bólido en las rectas? Es la cuadratura del círculo, una pesadilla para muchos, un reto para algunos, un divertimento para Adrian Newey, el gurú de la F-1.

Su rosario de ideas y títulos en Williams, McLaren o Red Bull no le han restado la más mínima brillantez. Al contrario, cada vez le divierte más. "¿Con qué nos sorprenderá Newey este año?", es la pregunta de cada temporada. Ya saben la respuesta. El ingeniero inglés es el principal culpable de que Red Bull tenga muy avanzado el invento del año, el DRS pasivo, un ingenio para ganar agarre en las curvas y no perder velocidad punta en la recta.

Mientras el mayor adelanto de Ferrari para este año en el F138 es haber copiado las soluciones de los escapes y la forma en la que los tirantes de suspensión trasera actúan como alerones para cubrir los ejes de transmisión que Red Bull ya montaba el año pasado, Newey y su equipo ya tienen ultimado su nuevo truco, un elemento más del RB9 con el que asustaron el viernes de Melbourne.

El DRS, que se conoce también como ala móvil, fue ideado por la FIA para favorecer los adelantamientos. En su posición normal el alerón trasero proporciona carga aerodinámica que permite al coche ganar adherencia. Cuando el piloto acciona el mecanismo (solo en un tramo delimitado), el ala toma una posición plana de forma que no ofrece tanta resistencia al aire y el monoplaza pierde agarre pero gana en velocidad punta.

El DRS pasivo sigue el mismo principio aerodinámico, pero ha de ser un sistema automático, ya que a excepción del ala móvil ningún otro elemento aerodinámico puede tener, por reglamento, sistema de accionamiento alguno. La idea del DRS pasivo es que, a partir de cierta velocidad, los alerones traseros entren en pérdida, o lo que es lo mismo, una turbulencia de aire haga el mismo efecto que poner el ala plana: perder carga aerodinámica y ganar capacidad de penetración en el aire.

Todos los equipos punteros han explorado la solución. Dicen en Ferrari y McLaren que el sistema necesita demasiados recursos para pocos beneficios. Mercedes, Sauber y Lotus han llegado a experimentarlo en pista, pero con resultados desesperanzadores.

"Es un elemento muy complejo, cuesta mucho encontrar el compromiso perfecto y que cuando empiece a trabajar no lo haga de forma brusca", resaltan en Lotus. Newey, en cambio, ve la luz al final del túnel: "Lo hemos investigado. Es un área muy interesante, está ahí para ser explorada, pero obtener un beneficio en el tiempo por vuelta, o en los puntos, es más complicado", dijo tras ponerlo en pista en los últimos test de Barcelona.

Algunos de los inventos de Newey como los difusores soplados pudieron ser copiados. Otros, como el doble DRS (prohibido este año) o los mágicos alerones delanteros, que se pegan al suelo gracias a que el coche está más levantado de atrás, sigue siendo una entelequia para los rivales.