El Valencia se mostró impotente en todos los aspectos del juego en su partido ante el PSG de la Emirates Cup y perdió por un contundente 3-0 ante un rival superior, que impuso su fútbol y que no le dio opción alguna. Para el Valencia, el partido fue exactamente la cara opuesta de la moneda al ganado la víspera ante el Inter en el que fue superior al equipo italiano, sobre todo en el primer tiempo, y frente al que tuvo bastante con manejar el encuentro en el segundo para ganar con autoridad. Ayer ocurrió exactamente lo contrario, ya que el equipo francés dio a los valencianistas la misma medicina, aunque le añadió un tercer gol en las postrimerías del encuentro.