El sorprendente e inesperado final del Mundial de F-1 con el triunfo del joven alemán Sebastian Vettel (Red Bull), que se convirtió en el campeón del mundo más joven de la historia, y la estrepitosa derrota de Fernando Alonso, merced a los errores cometidos por los estrategas de Ferrari, liderados por Stefano Domenicali y Chris Dyer, ha provocado la algarabía de los adversarios de la Scuderia, principalmente en Inglaterra y Alemania, y generado un tsunami de críticas en Italia, de las que únicamente se ha salvado el bicampeón español al que todos, todos, elogian, no solo por su protagonismo y remontada en este campeonato, sino por su fair play a la hora de analizar la derrota, sin culpar a nadie y pronosticando que pronto ganarán.

Venganza alemana

"¡Alemania, completamente Vettel!", titulaba Bild . "Eres la locura absoluta, Sebastian. Después de Schumi , Alemania vuelve a tener un campeón que nos permite vengarnos de la derrota ante Italia (Ferrari) en la semifinal del Mundial-2006 de fútbol y ante España (Alonso) de nuestra eliminación en el reciente Mundial de Suráfrica". "Han ganado", señala, con cierta sorna, el Frankfurter Allgemeine , "aquellos que, hace poco, parecían los más tontos y ahora son unos héroes, que, en Abu Dabi, han pillado a sus críticos por los cuernos".

Inglaterra,que se ha pasado la temporada criticando al equipo Ferrari y despreciando a Alonso, también lanzó ayer las campanas al vuelo pese a que Vettel destronaba a su campeón Jenson Button. "Se hace justicia tras robar Vettel el título mundial de las narices de su rival", titulaba The Times , que añade: "Si, en el deporte, existe algo así como la justicia natural, ésta se dispenso en el Yas Marina por un piloto con cara de niño y una sonrisa que brilló más que las luces del circuito de Abu Dabi". Para el diario inglés, "Vettel solo quería ganar la carrera, pero salvó a la F-1 de la vergüenza que podría haber arrastrado su reputación por las dunas del Yas Marina".

Italia, mientras, se lame las heridas aunque resultará difícil frenar la hemorragia que ha supuesto descubrir que el título se perdió al errar una sencilla estrategia, consistente, simplemente, en copiar a los que iban delante y no a Mark Webber, que iba detrás. Ferrari sufre un diluvio de críticas, un terremoto de descalificaciones.

Tanto que Ferrari no tuvo más remedio ayer que salir al paso con una nota en su web oficial demoledora, especialmente contra los políticos, que, encabezados por el ministro Roberto Calderoli, exigían la dimisión "inmediata" de Luca di Montezemolo, presidente de Maranello.

Nota contundente

"Nos molesta ver que hay políticos", dice la nota de la Scuderia , "que, desde el balcón, justo cuando estaban dispuesto a saltar al carro del ganador, van y reclaman la guillotina para los responsable de nuestro equipo cuando las cosas van mal. No entendemos tampoco", concluye la primera parte de la nota, "a quienes se complacen en la autoflagelación, que se deleita con la cultura del ´todo está mal´. Son vicios muy italianos que tendremos que aprender a quitarnos".

En un discurso compartido al cien por cien por Alonso ("me siento muy orgulloso de este equipo, de esta marca y volveremos a ganar"), Ferrari recuerda en su nota que "nadie lo ha hecho mejor que nosotros durante todos estos años pues, desde 1997, el año que no ganamos perdimos el título en la última carrera. Sería bueno que todos aceptásemos que, en el deporte, unas veces se gana y otras se pierde".