La jugadora de baloncesto Sol Benito, una madrileña de 15 años de raíces extremeñas, se encuentra en Houston esperando coger el viernes un vuelo a Madrid para abrazar a sus padres y hermanos. Sol ha pasado un año estudiando y siendo pívot -mide 1,76 metros- en el instituto Silsbee, siendo la tercera experiencia estadounidense de la familia Benito Dapena, tras jugar su padre, el pacense Luis Benito Galiardo en Indiana y su hermano Fernando en Denver.

Pese a la difícil situación del Covid-19, Sol se muestra tranquila. «Está siendo una situación bastante complicada porque aquí está casi comenzando, no como en España que ya lleva más tiempo. La gente se está dando cuenta de la gravedad del virus y está siendo difícil encerrada en casa y a 8.000 kilómetros de mi familia. Me preocupa bastante».

Sol Benito ya está acostumbrada a las dificultades porque en el vuelo de ida con escala en Boston tuvo problemas, al poco de llegar se inundó su casa por los huracanes en Texas «y los choques de cultura en general también han sido grandes. Mi familia de acogida me ha ayudado muchísimo y en Madrid la que más, mi madre que me ha aguantado llorando el año entero. Y mi amiga Carmen que me llamaba todos los días, mis hermanos, mi padre...».

A Sol le entristece volver «porque es una experiencia que he estado esperando toda mi vida pero la salud es lo primero». Su año ha sido «espectacular. La gente que he conocido, los deportes...Lo recomiendo». Lo más complicado han sido la ausencia de la familia en fechas clave como su cumpleaños y la Navidad «pero aún así la gente de aquí me ha ayudado y me lo he pasado muy bien».

Respecto al deporte, Sol ha avanzado en voleibol y sobre todo baloncesto. «En EEUU se le da mucha importancia al deporte mental y físicamente y mi instituto es uno de los mejores en el baloncesto a nivel estatal. Hace un año encontré un deporte en el que me siento cómoda como el voleibol en el que aprendí un montón. Al basket empecé a jugar con 6 años y lo dejé porque no me llenaba pero lo he recuperado».

Su experiencia ha sido tan positiva que se plantea buscar equipo en Madrid. «El verano estuve jugando con mi padre y mi hermano y tendré que seguir la tradición familiar...», ríe Sol para añadir que «mi madre me dice siempre que las cosas pasan por algo». De cara al futuro, le gustaría estudiar psicología criminal «pero la tradición de mis abuelos y mi tía en Extremadura con la ingeniería agrícola y la ganadería hace que aún no me haya decidido».