Le pronosticaron entre siete y diez días de baja y serán siete. Podía perderse entre uno y tres partidos y será uno, el del sábado de Mallorca. Xavi se ha apuntado ya al partido de Valencia del próximo miércoles. Dos días después de entrar en la enfermería, con una rotura muscular en el sóleo de la pierna izquierda, ya quiere salir de ella para jugar en Mestalla. Siempre que no haya una recaída de por medio y siempre que sus "sensaciones" sean buenas, un matiz para cubrir cualquier eventualidad.

Xavi sabe de lo que habla. El año pasado sufrió una rotura muscular en el sóleo de la otra pierna y se perdió tres partidos. Ante el Athletic no notó un pinchazo, sino una "progresiva sobrecarga" y el tamaño de esta rotura es menor, un centímetro. Por eso es optimista el cerebro , que se ríe de la presunta maldición del mes de febrero. Messi no se entrenó ayer, pero trabajó en el gimnasio.

Un empate, una derrota y una victoria por la mínima y dos lesiones (la suya y la de Valdés, añadidas a la de Puyol) han coincidido en pocos días para abonar las teorías de la anual racha de desgracia azulgrana. Miño, Montoya y Thiago cubrieron esas ausencias y las cubrirán en Son Moix. "Es una casualidad", sostuvo Xavi, atribuyendo la suma de lesiones a la acumulación de partidos. La hipotética crisis futbolística la contempla con una sonrisa de ironía.