Air Madrid prefirió adelantarse ayer a la probable retirada de su licencia de vuelo por parte de Aviación Civil y decidió suspender todas sus actividades. La compañía responsabilizó al Ministerio de Fomento de este cierre mientras que el departamento de Magdalena Alvarez anunció que emprenderá acciones legales contra la aerolínea por esta "iniciativa irresponsable que ha dejado a muchos pasajeros sin poder volar". El Gobierno puso en marcha un plan de emergencia con un coste de 5 millones de euros para solucionar el problema de los viajeros que no tenían otras alternativas.

El secretario general de Transportes, Fernando Palao, aseguró que ayer no estaba decidido si retiraba la licencia de vuelo a Air Madrid, ya que estaban estudiando las alegaciones de la firma.

"IMAGEN DESTRUIDA" No obstante, parece que este paso ya no será necesario puesto que, como reconoció el secretario del consejo de administración de Air Madrid, Pascual Pérez Ocaña, "la imagen de la aerolínea ha sido destruida aquí y en Latinoamérica". Pese a eso, también afirmó que si Fomento mantiene la licencia, Air Madrid podría volver a operar aunque "las consecuencias económicas de este cierre tendría que asumirlas Fomento". Si realmente tiene vendidos 300.000 billetes hasta febrero, como dice la compañía, el coste sería de 120 millones de euros, apuntan las agencias de viajes. Fomento calcula que la cifra de afectados es mucho menor.

El secretario general de Transportes tiene claro quién asumirá estos reembolsos y compensaciones. Según dijo, el Ministerio de Fomento realizará una campaña para animar a los viajeros de Air Madrid a reclamar a la compañía las cuantías a las que tienen derecho por ley. Por contra, Pérez Ocaña insistió en que serán los tribunales los que decidirán quién tiene que hacer frente a estos costes y anunció que demandará a Fomento por ser el "instigador" de este cierre.

La tesis del directivo de Air Madrid es que las filtraciones del ministerio sobre la posible retirada de la licencia, las octavillas de Fomento entregadas a los pasajeros y los carteles de Aviación Civil en los mostradores de la compañía aconsejando a los viajeros que valoraran la conveniencia de volar con la aerolínea, provocaron "una alarma social injustificada" que forzó el cese de la actividad. Así responsabilizó a Fomento de los perjuicios de los pasajeros.

Air Madrid reconoció que ha habido una avalancha de cancelaciones. La aerolínea aún no ha decidido si presentará la suspensión de pagos y un expediente de regulación de empleo, aunque Pérez Ocaña dio a entender que los 1.200 trabajadores seguirán cobrando sus nóminas.