Son las paradojas de los tiempos de crisis. Mientras un instituto económico tras otro pronostican una caída en picado de la economía alemana, la recesión más fuerte desde la posguerra y el aumento del paro, el consumo interno en Alemania se mantiene estable y el índice que mide el ánimo de compra de los ciudadanos mantiene una tendencia al alza desde el mes de noviembre.

Así lo reflejan los últimos datos publicados por la empresa de investigación de mercados Gfk, que sitúa el índice de consumo de enero del 2009 en 2,1 puntos, igual que en noviembre y diciembre, que representaron una ligera subida con respecto a meses anteriores. La consultora considera incluso posible un aumento del consumo privado del 0,5% para el conjunto del próximo año.

Aunque a muchos les sorprende el dato, los analistas de Gfk creen que no es tan extraño que los alemanes se hayan lanzado a las compras navideñas. Al fin y al cabo la crisis aún no se deja notar en los bolsillos de los consumidores, sino al contrario: "La inflación ha bajado mucho, y eso se nota a final de mes. El consumidor prefiere hasta ahora gastar ese dinero extra en lugar de ahorrarlo", decía el martes Klaus Wübbenhorst, presidente de Gfk.

Facturación similar

También la asociación de minoristas alemanes asegura que el nivel de facturación es igual al de otros años, y se muestran convencidos de que la tendencia se mantendrá por ahora.

La publicación de los resultados de Gfk coincide con el del último informe del Instituto de Estudios Económicos de Kiel (IFW), que ha revisado a la baja todos sus pronósticos de crecimiento para el 2008 y el 2009 y ofrecía el dato más pesimista hasta el momento para el año entrante, con el anuncio de un retroceso del 2,7%. El IFW pronostica también un aumento del paro para el 2009 en Alemania. Según sus datos, la cifra de desempleados aumentará de 3,26 a 3,65 millones de trabajadores y se acercará a los 4 millones en el 2010.

Es precisamente el miedo al desempleo el único factor que ha frenado hasta ahora el consumo interno en Alemania. El propio GfK constata un aumento del miedo de los ciudadanos a perder su empleo.

Será cuando se registren los primeros retrocesos significativos en las cifras de las exportaciones cuando la anunciada crisis se deje notar en los hogares alemanes. La gran esperanza reside ahora en el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas, que constituyen el segundo pilar de la economía germana, y en la elaboración de nuevos paquetes coyunturales por parte del Gobierno.

La cancillera Angela Merkel se reunió el martes con representantes de los gobiernos regionales y del central para especificar los detalles de un nuevo programa de reactivación de la economía que podría ascender hasta 40.000 millones de euros, aunque las decisiones al respecto se tomarán a partir de enero del 2009. Hasta ese momento, la cancillera alemana ha pedido a sus ciudadanos que se preparen para tiempos difíciles, pero que intenten llevar la crisis con normalidad, y los ciudadanos alemanes --disciplinados-- le han contestado hasta ahora inundando tiendas y centros comerciales como en los mejores tiempos de bonanza.