Los banqueros británicos han saltado de las páginas salmón de economía a las de sucesos. Marcados con el dedo, como principales responsables de la actual quiebra, la furia contra ellos se ha tornado en violencia. La casa del antiguo patrón del Royal Bank of Scotland (RBS), Sir Fred Goodwin, fue atacada en la madrugada del miércoles por unos desconocidos. Goodwin está considerado como el actor principal en el hundimiento de RBS, ahora en manos del Estado. Su nefasta gestión no le ha impedido retirarse con una pensión millonaria. Por todo ello, Sir Fred es simple y sencillamente el hombre más detestado del país.

La policía, que ayer acudió a su casa, situada en el barrio de Morningside, una zona residencial a las afueras de Edimburgo, halló tres ventanas de la planta baja destrozadas. Los agresores también rompieron dos cristales de un Mercedes S600 aparcado a la entrada de la mansión de piedra gris, que se hallaba vacía. Los daños fueron menores, pero el incidente refleja el malestar de la opinión pública y sienta un precedente preocupante.

En varios mensajes enviados a los medios de prensa, un grupo no identificado parecía reivindicar el acto. "La casa de Fred Goodwin ha sido atacada esta mañana. Estamos hartos de que los ricos como él, que se hace pagar fuertes sumas de dinero, vivan en el lujo, mientras la gente normal y corriente es despedida, se ven en la pobreza, o se quedan sin casa", decía la nota. "Esto es un crimen y los patrones y banqueros deberían ir a la cárcel", añadía el comunicado, advirtiendo de que lo ocurrido "es solo el principio".

ENEMIGO Goodwin, de 50 años, se convirtió en el enemigo número uno de los británicos cuando se supo que se había marchado de RBS, donde el Gobierno había tenido que inyectar 18.000 millones y se anuncian 2.300 despidos, con una jubilación de 784.000 euros anuales. El escándalo se agudizó cuando se negó a renunciar a esa cantidad a pesar de los llamamientos de ciudadanos y líderes políticos.

Los diarios populares mostraron su foto en una diana para tirar dardos, con titulares como "El banquero de la vergüenza" y "Triturar a Fred". También pedían que, a pesar de los impedimentos legales, se le retirara la pensión. "Dejemos que el buitre presente una demanda". Goodwin habría estado considerando sacar a sus hijos de la escuela y marcharse a vivir al extranjero.

El rostro del culpable para unos, Sir Fred se ha convertido para otros en el chivo expiatorio de una crisis que alimenta rencores y frustración. "Este deseo de castigo debe atajarse", señalaba ayer el Financial Times , para el que lo más chocante del ataque "es que nadie parece sorprendido". "Peor aún, mucha gente respaldaría, si no la acción en sí misma, sí lo expresado en la nota pidiendo responsabilidad".