El consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, estaba ayer visiblemente contento con los resultados del segundo trimestre del año. Todos los márgenes han comenzado a despegar con una incipiente mejora respecto a marzo. El grupo ha logrado ganar un millón de euros más (166 millones de pesetas) que el año pasado, lo que supone un tímido 0,1% de incremento.

El problema del BBVA sigue siendo el tipo de cambio de los países latinoamericanos. Los resultados del banco al otro lado del Atlántico crecieron el 22,4% en las monedas locales pero, si se contabilizan en euros corrientes, las ganancias retrocedieron un 9,9%.

Los 1.167,4 millones de euros (194.239 millones de pesetas) de beneficio atribuido en el primer semestre del año se deben en buena parte a la recuperación de la actividad minorista en España y Portugal, que obtuvo unos resultados de 604 millones de euros, un 2,4% más respecto al 2002.

Los recursos de particulares han crecido un 7% y los créditos, un 12,1%. Estas mejoras, unidas a los beneficios de la banca mayorista, hacen que el BBVA confíe en elevar resultados un 25% a final de año.