Las presiones políticas sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que renuncie a subir, e incluso baje, los tipos de interés arrecian desde el Gobierno francés, mientras que el BCE hace oídos sordos. La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, abogó ayer por un descenso del precio del dinero para "ayudar a las empresas y a los mercados en estos momentos", en declaraciones a la BBC.

Hace unos días, el primer ministro francés, François Fillon, apuntó en la misma dirección, sin que ningún otro Gobierno europeo le haya secundado. El "dilema" del BCE, según Lagarde, bascula entre subir los tipos, para controlar la inflación, o bajarlos, para limitar que la crisis financiera dañe el crecimiento.

Pero el BCE parece tenerlo claro. En un comunicado publicado ayer para anunciar una nueva inyección de 40.000 millones de liquidez a un plazo de 91 días, el BCE añadió unas líneas demoledoras: "La postura del Consejo de gobierno del BCE respecto a la orientación de su política monetaria quedó expresada en la declaración de su presidente, en fecha 2 agosto". Entonces, JeanClaude Trichet se refirió a la necesidad de "una fuerte vigilancia para asegurar que no se materialicen los riesgos inflacionistas". Y, en el lenguaje de Trichet, esto quiere decir que el 6 de septiembre van a subir de nuevo los tipos. Por eso, el euríbor se anticipó ayer con una nuevo alza, hasta el 4,714%.

El presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, terció ayer en el debate. En declaraciones a la agencia AFP, Juncker afirmó que la crisis no representa "por ahora" un "gran riesgo de impacto" para el crecimiento de la zona euro --en contra de la tesis francesa-- y dijo que "es sabio que los ministros de Finanzas respeten la independencia del BCE".

CALMA RELATIVA Los mercados financieros vivieron ayer una jornada de calma, con la ayuda de la nueva inyección de liquidez, de 1.480 millones de euros, por parte del banco central de EEUU y con la expectativa de una posible rebaja de tipos por parte de la Fed, en septiembre.

En EEUU se cuentan nuevas víctimas de la crisis desencadenada a partir de las hipotecas de alto riesgo (subprimes ). Accredited Home Lenders Holding anunció ayer el despido de un millar de trabajadores.

En España, las organizaciones de consumidores Adicae y Facua pidieron ayer claridad al Banco de España y a la CNMV. El PP, además, ha solicitado la comparecencia en el Congreso del ministro Pedro Solbes.