El Ibex 35 cerró ayer a 11.986,90 puntos, con una ganancia del 1,01%, si bien durante la sesión llegó a superar la cota de los 12.000 puntos. Se trata de un nivel que supone un nuevo máximo anual y que es similar al que alcanzó en agosto del 2008 (11.880), antes del estallido de la crisis financiera y de la caída de Lehman Brothers el 15 de septiembre del 2008.

"La realidad es que dos argumentos sustentan esta evolución positiva. Los precios de las acciones están baratos y existe mucha liquidez", explica Jaume Puig, director general de GVC Gaesco. La cota actual del índice es casi el doble que el mínimo al que cerró el selectivo bursátil español en marzo de este mismo año (6.817,40 puntos).

La tendencia alcista de los últimos meses ha hecho que el Ibex acumule hasta ayer una revalorización del 30% y que muchos analistas prevean que cierre el año en torno a 13.000 o 14.000 puntos, después de haber padecido un fuerte castigo.

"El pánico hizo que las acciones sufrieran una penalización excesiva, que no se correspondía con la marcha real de las empresas. Eso hizo que, pese a las subidas, ahora estén todavía baratas y que se produzcan adquisiciones con elevadas primas sobre el valor de cotización", asegura el directivo de CVC Gaesco. El PER del Ibex (el número de veces en que el beneficio neto de los títulos está incluido en la cotización) es de 11,6 veces y el del Eurostoxx 50, de 11,4 veces, que son cotas muy bajas en una situación en la que los tipos de interés están en el 1% y en la que debería estar en 15 o 16 veces.

BENEFICIOS EN OTROS PAISES Aunque el optimismo en España parece que es ajeno a la evolución de la economía --es el único de los grandes países del euro que no ha salido aún de la recesión--, la realidad no es así. "La mitad o una proporción elevada de los beneficios de las mayores empresas españolas proceden de Latinoamérica, como es el caso del BBVA, el Santander o Telefónica, que son mercados que han crecido este año", explica Puig. A su vez, la mayoría de las economías más desarrolladas, con la excepción del Reino Unido, muestran claros síntomas de una recuperación más rápida de lo previsto, incluido Japón.

Otro aspecto que hace prever nuevas alzas de la bolsa es el elevado nivel de liquidez existente, tanto por parte de los inversores particulares como de los institucionales. Tras su retirada de la bolsa el otoño pasado, vuelven, pero "poco a poco", tal como revelan unos volúmenes de contratación más bajos. Muchos de estos inversores se encuentran en el mercado monetario, a la espera de oportunidades y alejados de rentabilidades muy bajas como el 0,83% de las letras a 12 meses. Se da la paradoja de que la inflación subyacente --la que descuenta los precios más sometidos a coyunturas como los alimentos no elaborados o la energía-- se encuentra en el 1,2% en la zona euro, por encima del precio oficial del dinero (1%). "Para esa inflación, corresponderían unos tipos por encima del 2%", explica Puig.

Actualmente predominan las revalorizaciones de las acciones de sectores cíclicos. En este ámbito están la banca, los valores industriales y los tecnológicos. En cambio, los valores defensivos, como las telecomunicaciones o las eléctricas, suben menos. Pero ofrecen buena rentabilidad por dividendo de entre el 5% y el 7% (precio bajo y alta retribución), como Criteria, ACS, Telefónica o Gas Natural.

NUEVO RECORD DEL ORO Mientras, el precio del oro siguió ayer en terreno de récords al superar los 1.130 dólares la onza. Esta propensión hacia materias primas --el cobre por ejemplo se disparó ayer más del 3%-- está ligada a la depreciación del dólar. El Banco Central Europeo fijó ayer un cambio oficial de 1,4965 billetes verdes por cada euro.

Según los analistas, ello revela un resurgimiento del apetito por el riesgo y, por tanto, por mayores rentabilidades. En este contexto, también se vio propulsada la cotización del barril de crudo. El Brent, la referencia en Europa, rozó los 79 dólares.