El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, defiende una vuelta a "lo básico" para conseguir una eficaz gestión bancaria, y considera que ninguna economía moderna puede prosperar sin un sistema bancario "sano y sólido".

En un artículo publicado hoy en el periódico Financial Times, Botín señala que el retorno a lo básico significa contar con una red comercial vibrante y eficiente, pues cuanto más fuerte sea la red, más fuerte será la institución bancaria.

"Con la tecnología adecuada, una amplia red de oficinas es perfectamente compatible con un alto nivel de eficiencia en costes", resalta. El banquero agrega que el Santander ha pasado de tener 1.000 oficinas en 1970 a 14.186 en la actualidad.

EL FACTOR HUMANO

Según afirma, el origen de la crisis está en que los bancos se alejaron demasiado de su negocio básico de aceptar depósitos y conceder créditos, y que los reguladores y supervisores no tuvieron suficiente conocimiento o medios para contenerlos.

Otro punto que destaca Botín es la gestión del riesgo, que "será la prioridad y el centro neurálgico de la banca durante décadas". "Los bancos que más han sufrido en esta crisis son aquellos que olvidaron los fundamentos de la buena gestión y el control de riesgo", dice.

También afirma que el mayor reto que afrontan los bancos es reclutar a los profesionales de más talento e integridad de la sociedad, pues una de las "mayores lecciones de los últimos años está en la importancia de las personas". "El factor humano --señala-- ha sido el elemento más importante en el liderazgo, la estrategia, la gestión y la ejecución; lo que ha separado a los buenos bancos de los malos".

LA RESPONSABILIDAD DEL SECTOR BANCARIO

"Trabajar en un banco, sea como cajero o presidente, es asumir una enorme responsabilidad; porque en un banco se protege el ahorro de las personas, su seguridad, sus oportunidades", añade. Según el presidente del Banco Santander, ninguna economía puede prosperar sin un sistema bancario sano, sólido, que esté preparado para financiar su crecimiento y proteger sus ahorros.

"Para ello --añade-- no es necesario que ni los bancos, ni sus reguladores y supervisores, inventan nada nuevo. Lo que sí es necesario es la mejor gestión y supervisión posible".

"Una supervisión cercana y pro-activa ha sido decisiva para aquellos sistemas financieros que han estado menos afectados por la crisis. Pero hacer buena banca exige, ante todo, que los directivos de las entidades recuerden que sus obligaciones con los clientes, los empleados y los accionistas van más allá de los informes financieros trimestrales", puntualiza.