Dimitido Paul Wolfowitz, ahora llega el momento para el Banco Mundial de encontrar sustituto. La tradición dicta que EEUU elige al líder del organismo, pero entre los daños colaterales que el caso Wolfowitz ha generado está que muchas voces piden acabar con esta tradición. Un portavoz de la Casa Blanca afirmó ayer que "potencialmente" es posible que George Bush elija a un ciudadano no estadounidense.

Lo que en realidad se quería saber es si tienen credibilidad los rumores de que Bush ofreció al aún primer ministro británico, Tony Blair, el cargo. Blair abandonará el número 10 de Downing Street el próximo 27 de junio, mientras que Wolfowitz se irá el 30 de junio. No solo las fechas encajan, sino también el perfil: los países europeos no podrían oponerse al nombramiento, que sería presentado como un paso adelante en la reforma de la institución, y EEUU seguiría garantizándose el control del BM con un presidente de toda confianza para Washington.

PETICIONES EN CONTRA La asociación de trabajadores del BM y varias oenegés, como Oxfam, han pedido acabar con la tradición. Sin embargo, Peer Steinbrueck, ministro de Economía alemán, afirmó que no es partidario de cambios. Y es que los europeos saben que si EEUU deja de nombrar al presidente del BM la segunda parte de la tradición --que los europeos eligen al director gerente del Fondo Monetario Internacional-- también dejará de tener sentido.