La Caixa ha encabezado las transformaciones del sector del ahorro desde hace décadas y quiere seguir ocupando ese puesto de liderazgo en la reordenación más relevante de las finanzas españolas. La entidad presidida por Isidre Fainé está estudiando operar mediante una "gestión indirecta", a través de un banco de su propiedad, según han confirmado a este diario fuentes cercanas a la operación. La decisión final se tomará el próximo enero, para ir luego desarrollando los distintos trámites de la operación a lo largo del primer trimestre.

La opción, barajada por la entidad desde hace tiempo, está contemplada por la nueva ley de cajas, aprobada por el Gobierno el pasado verano y auspiciada y negociada por el propio Fainé en su condición de presidente de la patronal del sector, la CECA. La norma permite traspasar todo el negocio financiero de la caja a un banco, del que la entidad sería en un principio el único accionista. De confirmarse la operación tal y como está hoy planteándose, Criteria, el holding de participadas de La Caixa, dependería orgánicamente del banco, no de la caja.

REPRESENTACION Si posteriormente va dando entrada a otros inversores (bien de forma directa, bien a través de una hipotética salida a bolsa), la entidad podría mantener su condición de caja siempre que conservase más de la mitad del capital. También podría convertirse en una fundación de forma voluntaria (una opción bien vista), u obligatoria, si baja del 50% de las acciones.

Esta fundación, en la que estarían presentes los grupos de interés actualmente representados en la caja, se dedicaría a gestionar la obra social con los dividendos obtenidos por la participación en el banco y sería la encargada de garantizar la pervivencia de los principios fundadores de la entidad.

La caja catalana está sopesando dar este paso al frente para tomar la iniciativa ante un futuro que va a ser radicalmente distinto para las cajas. Los nuevos requisitos internacionales de capital y liquidez, conocidos como Basilea III, van a obligar a las entidades a captar una cantidad ingente de recursos externos de forma escalonada hasta el 2019, algo sumamente complejo para las cajas en su configuración actual y ante la brutal aversión al riego de los inversores.