La CEOE ve osado decir que peligra el acuerdo para la renovación del sistema de convenios colectivos, a pesar de que una mayoría dentro de la patronal se muestra pesimista y ha reclamado al presidente de la organización, Juan Rosell, que ejerza "más presión" en la negociación. Fuentes de la CEOE explicaron a Efe que las conversaciones con los sindicatos seguirán la semana que viene, mientras que una parte del empresariado se muestra derrotista y teme que la reforma que pueda acordarse se quede en algo poco concreto e insustancial. Fuentes empresariales confirmaron que buena parte del Comité Ejecutivo de la CEOE ha mostrado su disconformidad con el balance que del proceso negociador ha hecho su presidente, al que han trasmitido su inquietud por que ocurra lo mismo que con la reforma laboral, "que no sirve para nada". Rosell explicó ayer a los miembros del comité el estado de la situación y se encontró con la crítica de la mayoría, que consideró que no ha habido avances en los temas más decisivos por la actitud cerrada de los sindicatos. El empresariado quiere una reforma "de calado" que dé un giro a las relaciones entre empresa y trabajadores, tal y como están concebidas en la legislación actual. En este sentido, abogan por una mayor flexibilidad interna que permita al empresario cambiar unas condiciones laborales ya pactadas (jornada, funciones, movilidad o salarios) en función de las circunstancias económicas. Los sindicatos reclaman que se les tenga en cuenta en ese proceso y proponen que los cambios se pacten en las comisiones paritarias (órganos de seguimiento e interpretación de los convenios formados a partes iguales por patronal y sindicatos). Este sistema es rechazado por la patronal, que lo considera lento y poco ágil ante una coyuntura económica adversa que exija urgencia, sobre todo en el caso de pequeñas y medianas empresas. Por el contrario, hay más proximidad en otros temas como el control del absentismo, donde también ha intervenido el Ministerio de Trabajo.