Algunos expertos consultados por este diario consideran que la eventual integración de Gas Natural y Endesa puede convertirse en una oportunidad excelente para racionalizar y reordenar el sector energético español en su conjunto.

Endesa es la distribuidora eléctrica prácticamente única en Cataluña, Aragón y Andalucía, donde concentra el 80% de su mercado español; además, distribuye en las Baleares y en Canarias. Por su parte, Iberdrola, la segunda eléctrica, tiene el negocio de la distribución concentrado en gran parte de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Levante, además del País Vasco. Algunos analistas entienden que sería más racional que Endesa pasara a distribuir en el Levante e Iberdrola en Andalucía.

Unión Fenosa, la italiana Enel --a través de Viesgo-- e Hidrocantábrico, controlada por la portuguesa EDP, pueden jugar también algún papel en la reestructuración que se avecina. De hecho, algunas de ellas ya han recibido mensajes tranquilizadores desde el Gobierno en este sentido. Eso aclara que Iberdrola, a pesar del pacto previo con Gas Natural, previsiblemente no será la única que se haga con activos excedentarios del futuro nuevo macro-grupo, en el caso de que prospere la OPA lanzada por la firma gasística sobre la primera eléctrica española.