La confianza de los consumidores en la evolución de la economía de EEUU y de su situación financiera personal subió en septiembre más de lo previsto inicialmente, aunque continúa en niveles bajos y perdura la desconfianza en la evolución a largo plazo. Según datos finales relativos a este mes, el índice que elabora esa institución a partir de encuestas avanzó en septiembre hasta 59,4 puntos, comparado con 55,7 del mes precedente y por encima de los 57,8 del cálculo preliminar avanzado a mediados de mes.

"A pesar de que la pequeña ganancia de septiembre dejó la confianza de los consumidores a niveles bajos, lo más problemático es que los consumidores ahora anticipan que el estancamiento económico es el escenario más probable a largo plazo", dijo al conocerse esos datos el director del sondeo, Richard Curtin. El experto explicó que las principales preocupaciones de los consumidores son la reducción de sus expectativas de ingresos, la incapacidad de la economía de generar el número suficiente de empleos y la incertidumbre sobre los impuestos y el gasto.

Por ello, "en lugar de gastar y endeudarse más, los consumidores estadounidenses están intentando equilibrar sus finanzas para prepararse para una nueva era económica", añadió Curtin. Así, el subíndice que mide las expectativas de los consumidores sobre cómo estará la economía en un plazo de medio año subió este mes hasta 49,4 puntos comparado con los 47,4 de agosto y muy por encima de los 47 del cálculo preliminar de este mes, que había colocado a ese indicador en su nivel más bajo desde 1980. Por su parte, el subíndice relativo a la sensación actual de los consumidores sobre su situación financiera y su disposición a realizar grandes compras subió hasta 74,9 puntos este mes, comparado con 68,7 de agosto y también por encima del cálculo inicial para este mes de 74,5 puntos.