La Comisión de Economía del Congreso ha dado su visto bueno a la propuesta del Gobierno de nombrar a Sebastián Albella como presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y a Ana María Martínez-Pina como vicepresidenta. Los dos candidatos han recibido 19 votos a favor (PP y Ciudadanos, entre otros) y 17 en contra. PSOE y Unidos Podemos se han opuesto por la trayectoria de Albella en el sector privado como socio presidente en España del despacho de abogados internacional Linklaters.

Una vez superado este trámite no vinculante sobre la idoneidad y existencia de conflicto de intereses de los candidatos, el Consejo de Ministros puede ya aprobar su nombramiento definitivo. Albella se ha comprometido a no volver al despacho de abogados una vez deje el cargo, lo que ha defendido que "disipa cualquier duda de que quiera usar la CNMV como plataforma".

También ha revelado que ha asesorado a cuatro empresas del Ibex 35 durante el último año y a otra dos el ejercicio anterior, además de a otras cinco compañías cotizadas. Pocas, ha argumentado, frente a las 50 grandes compañías que están en la bolsa o las 120 existentes si se incluyen las que están en el Mercado Alternativo Bursátil. "Los casos en que me deba abstener van a ser poco frecuentes y puntuales", ha asegurado después de comprometerse a no mantener relaciones con todos los clientes empresariales con los que ha trabajado en Linklaters.

También ha resaltado que si estuviera un solo mandato en la CNMV saldría del organismo con 62 años a los que habría que sumar otros dos de incompatibilidad absoluta, mientras que si estuviera dos mandatos se iría a los 68 años. "Tengo vocación por el servicio público, siempre me he quedado con esta inquietud y llego a un puesto con gran ilusión", ha asegurado.