El número de contratos con empresas del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha aumentado en los últimos cinco años pero su importe ha caído por el impacto de la crisis, según su presidente, Emilio Lora-Tamayo, quien apuesta por nuevos modelos de compromiso con la iniciativa privada.

Lora-Tamayo ha participado en el encuentro "Hacia un compromiso público-privado en investigación" de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el que el sector público y la iniciativa privada ofrecerán su visión sobre esa colaboración y las vías para fortalecerla.

Mientras en España el sector privado aporta alrededor del 50 por ciento de los fondos para investigación, un porcentaje que además va a la baja en los últimos años, en otros países europeos, se sitúa entre el 70 y el 75 por ciento, ha señalado el presidente del CSIC.

En su opinión, es necesaria una mayor implicación y complicidad entre ambas partes, un objetivo para el que ya existen herramientas que sólo hay que "perfilar", aunque también habría que crear otras nuevas.

Además de los contratos, la relación entre investigadores y empresas tiene en las patentes y licencias una línea creciente, que se ha estabilizado en los últimos años, con entre 180 y 200 patentes anuales, de las que "muchas pasan a la fase europea", ha apuntado.

Pero lo más importante - ha añadido- es que un tercio de esas patentes registradas suscitan el intereses de las empresas y se licencian.

"El I+D debe servir, sin prisas pero sin pausa, a su aplicación y para eso tenemos que incorporar nuevos modelos de compromiso que mejoren esa interacción", ha dicho Lora-Tamayo, quien ha explicado que si hace 30 años el investigador trabajaba en "su torre de marfil", ajeno a la transferencia de conocimiento, hoy el cambio de mentalidad "se puede dar por hecho".

A su juicio, la colaboración público privada debe plantearse como una necesidad mutua y continuada en el tiempo, que permita el desarrollo de nuevos productos, procesos y servicios a corto plazo y que a largo plazo se enmarque en una estrategia empresarial que parta de los retos de futuro.

El presidente del CSIC se ha mostrado partidario de que la innovación a corto plazo esté integrada en las empresas, que deben tener "departamentos de investigación estables, operativos y activos".

Y cree que el marco de colaboración debe ser institucional pero en el desarrollo de los proyectos, esa colaboración ha de hacerse "a nivel de laboratorio"

Apuesta asimismo por que una financiación a través de créditos y préstamos de las empresas, y por que haya un retorno también para los investigadores en función de los resultados que esas empresas obtengan de la transferencia de conocimiento.

El Proyecto Impacto, que analiza las relaciones de ambas partes, pone de manifiesto que los mayores obstáculos que ven los investigadores son los procedimientos administrativos, la falta de recursos y de tiempo, "seguramente porque lo tienen que dedicar a otras cosas", ha apuntado Lora-Tamayo.

Según ese mismo estudio, el 43 por ciento de los proyectos surgen de la colaboración con grandes y medianas empresas y el 47 restantes de las pymes, unos porcentajes que se alejan del mapa real empresarial de España.

El informe, realizado entre 1999 y 2008, también indica que la valoración general que hacen los empresarios de su relación con el CSIC es "positiva o muy positiva". "Eso nos estimula a continuar por ese camino", ha apostillado su presidente.