Se acabó el excedente del Estado. La Administración central ha cerrado el primer semestre con un déficit de 4.683 millones de euros, el primero en el que incurre desde junio del 2005. La crisis y las medidas dispuestas por el Gobierno para combatirla han provocado números rojos equivalentes al 0,42% del producto interior bruto (PIB).

El estado de las cuentas públicas en el ecuador del año pone en evidencia el brutal deterioro sufrido por la economía en apenas un periodo de 12 meses. En junio del 2007, a las puertas de la crisis de las hipotecas subprime , el Estado registró un superávit de 5.218 millones (0,5% del PIB). La buena evolución se mantuvo durante el resto del ejercicio, que se cerró con el tercer excedente anual consecutivo (13.523 millones, 1,29% del PIB).

Pero la época de bonanza se ha acabado. El saldo negativo entre enero y junio se explica porque el Estado ha pagado 71.617 millones --lo que supone un repunte del 10% más, en línea con los meses anteriores-- mientras que los ingresos se han desplomado el 4,8%, hasta los 66.934 millones. El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, trató ayer de achacar parte de la situación a factores estructurales y ambientales. Defendió, así, que junio es siempre un mal mes para la recaudación y suele recortar en unas ocho décimas el superávit (hasta mayo era del 0,24% del PIB).

DECISION POLITICA Ocaña subrayó, no obstante, que buena parte de la caída de los ingresos tributarios se debe a "decisiones de política económica del Gobierno" que pretenden favorecer la liquidez de las empresas y apoyar a las familias, como la ayuda de los 400 euros.

Según las estimaciones de Economía, estas medidas van a suponer que el Estado deje de ingresar y ponga en circulación unos 8.000 millones al cierre del ejercicio. La iniciativa, auguró Ocaña, provocará que los ingresos caigan el 4%, cuando podrían haber crecido algo más del 3%. Como consecuencia, el Estado cerrará el año con "un pequeño déficit, de unas décimas". El resto de administraciones también incurrirá previsiblemente en déficit, y habrá que ver si el excedente de la Seguridad Social es capaz de compensarlo.

Ocaña dejó así constancia de que su departamento ha renunciado a alcanzar el equilibrio presupuestario para las cuentas del Estado. El objetivo del Gobierno era lograr un superávit del 1,15% del PIB en el conjunto de las administraciones gracias a la Seguridad Social.

En cuanto a ingresos, la única nota positiva la dio el impuesto de la renta, cuya recaudación mejoró el 14,9%. La recaudación de sociedades, en cambio, se desplomó el 17,6% por los menores beneficios empresariales (debido a la escalada del petróleo), la reducción del gravamen, los cambios contables en la base imponible y los pagos fraccionados.