Se diría que es la crónica de un batacazo anunciado. La experiencia cercana del pinchazo de la burbuja tecnológica recuerda que tras una reacción al alza se produce una sobrerreacción a la baja. Y la reciente evolución de Astroc Mediterraneo en bolsa reúne las esencias --anticipo, detonante y ejemplo-- del crash inmobiliario que experimentó ayer la bolsa española. El Ibex 35 cayó el 2,75%, arrastrado por los valores inmobiliarios, constructoras y bancos.

El desplome de un 9,5% de Astroc, del 11,3% de Inmocaral, del 11,9% de Cleop y el 12,6% de Colonial no fue aislado, pues las inmobiliarias pequeñas y medianas arrastraron en su caída a las constructoras --FCC perdió un 6,7% de su valor-- y a los bancos que tienen una mayor exposición al mercado hipotecario español. Pastor (-6,3%), Bankinter (-5,2%) y Sabadell (-5,1%) fueron los más damnificados, mientras que las entidades financieras con una mayor presencia en los mercados externos (Santander y BBVA) descendieron, aunque en una proporción más moderada.

La sociedad de bolsa Renta 4 explicó lo sucedido ayer de la siguiente forma: "Las caídas han venido desencadenadas por el retroceso de Astroc (aproximadamente un 70% en los últimos cinco días) que se ha contagiado a todo el sector sin discriminación. Más que de un pinchazo de la burbuja inmobiliaria estaríamos hablando de un pinchazo de cotización". Para la sociedad de intermediación bursátil, los descensos estarían justificados en "las espectaculares ganancias de los últimos años".

PASADAS DE VALOR "Es un problema de confianza y sobreespeculación", comentó Alberto Espelosín, analista jefe de Ibercaja, para quien las inmobiliarias españolas habían rebasado su valor objetivo hace mucho tiempo. Y es que, al contrario de lo que ocurrió con la crisis de las empresas tecnológicas, el desplome de las inmobiliarias tiene carácter local. El Ibex 35 perdió más del triple que el resto de índices de las principales bolsas europeas. Basta apuntar que el DAX de la Bolsa de Fráncfort fue el indicador que más cayó: el 0,9%.

Destacan los analistas que el fenómeno español no tiene nada que ver con el de los mercados europeos, donde inmobiliarias y constructoras tienen un peso menor en los índices. Tampoco es paralelo al mercado estadounidense. Wall Street --que parece haber superado su propia crisis hipotecaria hace semanas-- abrió ayer al alza, hecho que contribuyó a que el desplome de la bolsa española no fuera mayor.

CASTIGO EXCESIVO A las empresas españolas inmersas en el torbellino bajista, el castigo recibido se les antojó excesivo. El consejo de administración de Montebalito "lamentó" el descenso que las acciones de la compañía experimentan en bolsa. Lo atribuyó a un "efecto arrastre" ante el "desplome" que otros valores inmobiliarios sufren estos días.

En un comunicado, la compañía apuntó también que los actuales precios de sus títulos en bolsa no "reflejan el futuro potencial de crecimiento de la empresa". Informó de que prevé registrar un beneficio superior a los 25 millones de euros en este ejercicio, un 60% más.

ACCION SOBREVALORADA El presidente y propietario de la inmobiliaria Astroc, Enrique Bañuelos, reiteró ayer que no hay "causa concreta" que explique el desplome que sufre la acción desde hace 10 días. Sin embargo, Bañuelos reconoció que los títulos habían sufrido un incremento "altísimo" y que su valor no era "ni los 6,40 euros de la salida a bolsa hace 11 meses ni los 75 euros a los que llegó a cotizar en febrero". Astroc levantó "expectativas demasiado intensas y el mismo mercado que produjo esa revalorización ahora la está corrigiendo", señaló.