La quinta inmobiliaria española presentó anoche suspensión de pagos. Se trata del primer concurso de acreedores que presenta una constructora cotizada en bolsa y puede convertirse en la mayor insolvencia de la historia empresarial española. Martinsa-Fadesa adujo como motivo "graves dificultades de tesorería", ante la imposibilidad de reunir los 150 millones que le exigen 45 entidades financieras como condición para no iniciar el vencimiento adelantado de 4.000 millones que le han prestado.

La expectativa de que ayer se iba a producir esta suspensión de pagos provocó el hundimiento de Martinsa-Fadesa en la bolsa, cuya cotización perdió el 26,8%. Ya arrastra un desplome del 50% desde el viernes. La CNMV decidió suspender la cotización y el presidente de la compañía, Fernando Martín, convocó de urgencia un consejo de administración que duró más de cinco horas.

Los inversores intuían que Martín no conseguiría esos 150 millones. Las entidades bancarias le refinanciaron en mayo 4.000 millones de los 5.100 millones de deuda. Los bancos querían que obtuviera un crédito adicional por esta cantidad para financiar la reactivación de Martinsa. Pero Martín no lo logró en los dos meses que tenía y podían exigirle la devolución inmediata del préstamo.

NEGATIVA DEL ICO Martín tampoco logró que este pool de bancos y cajas le otorgase un plazo hasta el 7 de agosto para reunir los 150 millones. Se los había pedido al Instituto de Crédito Oficial (ICO) y "a otras entidades de crédito" sin que diera "fruto" la negociación, explicó ayer.

Pero, según fuentes oficiales, la entidad pública de crédito tiene "expresamente" prohibido prestar dinero para circulante, como sería el caso de la refinanciación de deuda. Los proyectos de inversión internacional que presentó Martinsa no fueron valorados por el ICO, que depende del Ministerio de Economía.

Esta suspensión de pagos es voluntaria por parte de la empresa. Martín aseguró que "busca como objetivo garantizar la continuidad de su proyecto empresarial". En el G-14, poderoso lobi de constructoras que él mismo preside, se comentaba ayer que "ningún banco querría convertirse en propietario de una inmobiliaria y que, para ellos, el concurso de acreedores es la peor salida".

Una parte importante de la deuda de Martín proviene de cuando el expresidente del Real Madrid compró el año pasado la gallega Fadesa por 2.209 millones. La empresa contaba en marzo con un activo de 9.713 millones y asegura que tiene una cartera valorada en 10.804 millones por lo que considera que tiene "viabilidad" en una fase menos crítica del ciclo económico. En el primer trimestre registró pérdidas de 85,1 millones de euros.