Los inversores de la bolsa española se tomaron ayer un respiro después de los siete máximos registrados en lo que llevamos de año. Optaron por una discreta recogida de beneficio y por consolidar las posiciones en previsión de continuar la escalada. El Ibex 35, retrocedió 28,60 puntos, el 0,19%, y concluyó la sesión en 14.826 puntos.

En comparación con el resto de bolsas europeas, la española fue la que obtuvo el resultado menos malo. En Europa, con el euro a 1,304 dólares, Milán bajó el 0,89%; París, el 0,66%; Fráncfort, el 0,56% y Londres, por su parte, el 0,36%.

Aunque indecisa en la apertura por el cierre neutro de Wall Street en la sesión anterior, la bolsa española volvió a apuntarse a las compras por el empuje de las eléctricas y tanteaba la cota de 14.900 puntos una hora después de iniciar la negociación. Los datos de la reducción del superávit comercial alemán no afectaron a la bolsa, ni el ligero encarecimiento del petróleo, cuya cotización se aproximó a los 58 dólares por barril por la mañana.

El mantenimiento de los tipos de interés en el Reino Unido y en la zona euro no impidió que la bolsa incurriera en pérdidas, en previsión de que Wall Street abriría en negativo, como anticipaba el mercado de futuros. La bolsa perdía la cota de 14.800 puntos pese a que el BCE dejó el precio del dinero en el 3,5%. De los grandes valores, destacó la caída de BBVA (-0,7%), Repsol (-0,63%) e Iberdrola (-0,23%). Subieron Telefónica (0,77%), impulsada por la posibilidad de controlar a la brasileña Vivo, en tanto que el Santander ganó el 0,35% y Endesa, el 0,05%.

La mayor caída del Ibex correspondió a Altadis (-3,81%) al entender los inversores que por el momento no habrá boda con Imperial Tobacco, que ha adquirido una tabaquera estadounidense, mientras que Metrovacesa cedió el 2,76%, Sacyr, el 2,22% y Unión Fenosa, el 1,8%. Solo nueve compañías del Ibex acabaron con ganancias, que lideró Inditex con un avance del 1,4%.