El expresidente del comité de empresa de Volkswagen, Klaus Volkert, fue detenido ayer en el marco de las investigaciones por corrupción en la empresa automovilística alemana. La fiscalía investiga el soborno a altos representes de los trabajadores con viajes de lujo y los servicios de prostitutas.

Volkert, de 63 años, casado y con una hija, quedó en el ojo del huracán a mediados del año pasado, cuando se supo que realizaba viajes especiales a Brasil financiados por la empresa, para divertirse con su amante, una presentadora brasileña de televisión, conocida como Adriana B., una paulista de 40 años.

Según la revista alemana Focus, a partir del primer flechazo --en Río de Janeiro--, Adriana comenzó a recibir una paga especial de Volkswagen por importe de 28.008 euros cada tres meses. También se le facilitaron vuelos a Alemania, en primera clase para reunirse con Volker en una casa de la empresa en la ciudad de Braunschweig, además de acompañar al sindicalista en diversos viajes al extranjero. La misteriosa y sensual Adriana desmintió esas informaciones.

Volkert era entonces amigo íntimo de Peter Hartz, el jefe de recursos humanos. El habría inventado el sistema de regalos especiales, con sexo incluido, que el mismo Hartz habría aprovechado. Los viajes recibían la aprobación del consejo de administración, que daba el visto bueno a facturas de hasta 30.000 euros, camufladas como dietas, por los servicios de las prostitutas. Las facturas pasaban también por las manos de Hartz, que estableció un fondo especial para viajes de negocio sin ningún control.

La detención se produce después de que la fiscalía de Braunschweig imputase a Peter Hartz 44 cargos de abuso de confianza y para evitar la destrucción de pruebas.