Un nuevo escándalo sacudió ayer al mundo de las finanzas de Estados Unidos, cuando agentes del FBI detuvieron a 47 corredores de bolsa acusados de fraude y lavado de dinero negro en operaciones con divisas, mediante una red que funcionaba desde hacía 20 años. Entre los detenidos hay empleados de los bancos J. P. Morgan Chase y UBS.

"Las acusaciones incluyen varios tipos de fraudes contra más de un millar de víctimas, desde pequeños inversores a grandes bancos", explicó el fiscal James Comey, quien además estimó en "millones" de dólares las pérdidas por los presuntos delitos.

Tras una investigación denominada operación Centavo de Madera, que ha durado 18 meses, el FBI puso en marcha el pasado martes una redada en Manhattan, en Jersey City (New Jersey) y en Stamford (Connecticut), que culminó ayer. Las detenciones más espectaculares tuvieron lugar en Wall Street.

El abanico de presuntos delitos es muy amplio, e incluye también casos de extorsión, tráfico de narcóticos y posesión de armas de fuego.

El fiscal destacó que el mercado de divisas es un sector enorme, con operaciones que pueden representar 1,2 billones de dólares diarios en volumen, y dijo que los arrestos están relacionados con dos tipos de operaciones diferentes, uno para defraudar a pequeños inversores y otro a los grandes bancos.

En el primer grupo, más de un millar de pequeños inversores habrían perdido millones de dólares en operaciones clásicas de hervideros, que consisten en ofrecer información falsa respecto a títulos con escaso valor y que están en poder de los estafadores. Cuando los inversores compran dichos títulos y su valor sube con fuerza, los estafadores venden sus posiciones y obtienen enormes ganancias, mientras el valor de los activos se derrumba, con las consiguientes pérdidas para los pequeños compradores.

TRABAJADORES CORRUPTOS El segundo tipo de fraude afectó a algunos de los mayores bancos del mundo, que fueron estafados por empleados corruptos, que aceptaron sobornos para defraudar a sus empresas, mediante operaciones de divisas en las que perdían dinero.

El mercado de divisas está mucho menos regulado que otras actividades financieras, ya que no tiene un centro físico y cierra sus operaciones telefónicamente a través de agentes repartidos por todo el planeta.

La desarticulación de la red coincidió con los primeros signos de recuperación del dólar frente a otras monedas, entre ellas el euro y el yen. La mejora del dólar produjo una ligera recuperación en Wall Street.