Una buena parte del dinero que el Banco Central Europeo (BCE) ha prestado a las entidades financieras de la zona euro (al 1% de interés) para facilitar la llegada del crédito a familias y empresas ha servido para comprar deuda pública remunerada con hasta el 4%. Y no se puede decir que por prestar dinero a las administraciones públicas se haya cortado el crédito al sector privado. A finales del 2009, las entidades españolas tenían depositado en el BCE dinero ocioso por 35.089 millones de euros. Si no se ha prestado más dinero no ha sido porque las entidades no hayan dispuesto de liquidez, sino porque no lo han juzgado interesante.