Jim Rawles es un exoficial de espionaje del Ejército de EEUU que mantiene un blog de supervivencia (survivalblog.com) que define como la cita diaria en la red "para individuos preparados que viven en tiempos inciertos". En los dos últimos días, ha ofrecido casi una decena de entrevistas a medios de comunicación. Y si lo buscan es porque él fue uno de los primeros en EEUU en recomendar a los usuarios, hace ya semanas, que acudieran al supermercado y llenaran sus despensas de reservas de arroz.

Rawles veía lo que se avecinaba, y sus temores acabaron de confirmarse el miércoles. Entonces, dos de las mayores cadenas de alimentación de Estados Unidos, Wal-Mart y Costco, anunciaron que en algunas de sus tiendas han empezado a limitar la cantidad de arroz que pueden llevarse sus clientes. Y es que, arrastrados por los temores que desatan los titulares que hablan de crisis y violencia en países como Egipto, Filipinas y Haití y por la realidad de una galopante inflación en la cesta de la compra, los ciudadanos --sobre todo los de origen asiático e hispano-- se han sumergido en una furia compradora del grano.

Wal-Mart anunció que empezaba a aplicar las limitaciones en sus tiendas Sam´s Club "de forma inmediata" y en todas las zonas del país donde esas restricciones "son permitidas por la ley". Argumentaba la decisión en "tendencias de la oferta y la demanda". Y, de momento, solo restringe las compras en tres variedades de arroz --incluyendo el basmati y el de grano largo blanco-- y en bolsas de nueve kilos o más (de las que cada cliente solo se puede llevar cuatro).

Mientras, Costco, una cadena de hipermercados para socios donde se vende prácticamente al por mayor y que usan muchos restaurantes, tiendas y familias de clase media y baja, ha dejado en manos de sus gerentes regionales la decisión final. Pero en algunos de sus establecimientos ya se limitan la venta tanto de harinas como de arroz.

También en Gran Bretaña ha pasado algo parecido: la principal compañía importadora de arroz basmati , Tilda, ha informado de que algunos establecimientos de venta al por mayor han restringido las ventas a dos sacos de arroz por persona.

PREVISION Para entender lo que está sucediendo en EEUU no hace falta hablar de desabastecimiento, y es más apropiado usar términos como alarmismo y previsión. Y es que muchos restauradores, pequeños comerciantes y consumidores están almacenando todo lo que pueden para evitar la inevitable subida de precios. Los que van a Costco, por ejemplo, han visto multiplicarse por dos el precio de algunas marcas de arroz importadas de Tailandia. Pese a que han empezado a aflorar titulares con la aterradora palabra "racionamiento", no hay ni escasez ni riesgo inminente de ella. Y el Departamento de Agricultura calcula que este año EEUU producirá 8,3 millones de toneladas, cantidad suficiente, teniendo en cuenta el consumo interno, como para seguir exportando la mitad de la producción.

La situación, sin embargo, tiene sus riesgos. Solo en el mes de marzo el precio del arroz, la pasta y los productos de maíz subió un 12,1% y la inflación anual en la cesta de la compra crece a un ritmo del 5%. Ese aumento va a poner las cosas más difíciles a la Fed para mantener la política de recorte de tipos de interés con la que intenta frenar la crisis.