Aunque el ritmo de avance tiende a moderarse, la economía española basó su crecimiento en el 2006 en la construcción y la demanda interna, gracias principalmente a esos agregados de la contabilidad nacional, el producto interior bruto (PIB) del 2006 creció un 3,9% en el 2006, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que viene a corregir las cifras preliminares, que hasta ahora pronosticaban un avance del 3,8% del PIB.

Y es que, más allá de lo esperado, la economía española creció el 4% en el cuarto trimestre del 2006, dos décimas por encima del trimestre anterior. El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, aseguró ayer que tanto la evolución interanual como la del cuarto trimestre del año suponen "un excelente dato en términos de crecimiento", y apuntan a una "corrección de los desequilibrios de la economía española". Además, se está logrando la convergencia de España con la UE.

El crecimiento español fue el más elevado de las principales economías de la UE en el cuarto trimestre. Con la excepción de Alemania, cuya economía avanzó a un ritmo del 3,7%, tanto Francia como Italia, Holanda y Reino Unido lo hicieron por debajo del 3%. El vigor de las economías de los países medianos y pequeños hace que el diferencial de crecimiento entre España y la UE se haya reducido hasta el medio punto. Pese a ello, CCOO aseguró que los "magníficos resultados" en creación de riqueza y empleo obtenidos en el 2006 "no deben obviar que la sociedad española está viviendo por encima de sus posibilidades".

El gasto en consumo final de los hogares se aceleró hasta el 3,7%, una décima más que en el trimestre anterior y se mostró acorde con el ritmo de evolución del empleo y los salarios. La productividad creció un 0,8% en el 2006, una cifra "bastante impresionante en términos relativos", según Solbes.