La economía española registró en el tercer trimestre del año un crecimiento interanual del 3,8%, el mayor desde el 2001, gracias a la mejora del sector exterior y a que la demanda interna, que sigue siendo fuerte, se ha estabilizado. En el primer trimestre, la economía creció el 3,6%, y en el segundo, el 3,7%.

Según el indicador avanzado facilitado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el crecimiento trimestral del producto interior bruto (PIB) entre julio y septiembre fue del 0,9%, el mismo que en el trimestre precedente. El crecimiento interanual, sin embargo, no registraba una tasa tan alta desde diciembre del 2001, cuando se registró un aumento del PIB del 3,9% en el cuarto trimestre de aquel año. Se calcula que la demanda interna se ha mantenido estable en el tercer trimestre, con un crecimiento del 4,8%, mientras que el sector exterior habría restado un punto.

El alto crecimiento entre julio y septiembre, que coincide con la estimación del Banco de España, ha sido "mejor" de lo que el Gobierno esperaba a comienzos de este año, según reconoció ayer el vicepresidente segundo, Pedro Solbes. En declaraciones a Antena 3, Solbes consideró que la bonanza económica española se prolongará "seguro dos o tres años" más y, aunque para el 2007 se prevé una desaceleración, las tasas se mantendrán por encima del 3%.

El Banco de España explicó en su Boletín Económico correspondiente a octubre que este repunte del PIB se asienta en un crecimiento del 4,6% de la demanda interna, mientras que la aportación negativa de la demanda externa se habría reducido a un punto porcentual, desde los 1,1 puntos del segundo trimestre.

VIGOR INTERNACIONAL El organismo que dirige Miguel Angel Fernández Ordóñez reconoce que la mejora de la contribución del sector exterior parece responder "más al vigor del entorno internacional que a una evolución favorable de la competitividad-precio en España". Dentro de la demanda nacional, el Banco de España resalta el vigor del consumo de los hogares, cuya tasa de avance permaneció estable en el tercer trimestre, y el dinamismo de la inversión en construcción, que experimentó un ligero aumento con tasas próximas al 6%.

La demanda de vivienda ha seguido mostrando una "gran fortaleza" en el tercer trimestre, aunque se mantuvo la tónica de desaceleración gradual de los precios, con un crecimiento interanual del 9,8%, un punto inferior al trimestre anterior. La edificación no residencial y, sobre todo, la obra civil dieron signos de intensa actividad durante el trimestre.