Cuando hace 30 años Alva y Alberta Pilliod se mudaron a la localidad californiana de Livermore decidieron cultivar juntos un jardín en su nuevo hogar. Como muchos otros, usaron glifosato para frenar el desarrollo de las malas hierbas pero este hizo crecer el cáncer que ahora padecen. Así lo ha dictaminado este lunes un jurado de California, que ha condenado a la multinacional agroquímica Monsanto, la productora del herbicida, a pagar una multa de hasta 1.800 millones de euros a la pareja.

El tribunal ha dictaminado que la compañía, adquirida el año pasado por el gigante farmacéutico alemán Bayer, también deberá abonar unos 49 millones de euros a los demandantes para sufragar así sus gastos en facturas médicas y por su sufrimiento. La justicia considera así que el herbicida Roundup contribuyó al desarrollo de linfomas no hodgkinianos y que las empresas que aún lo comercializan actuaron con negligencia al no alertar de sus riesgos. El juicio se ha acelerado por la posible corta esperanza de vida de los demandantes.

Este nuevo mazazo judicial contra Bayer y Monsanto, el más severo recibido hasta ahora, no es sorprendente. Y es que este ha sido el tercer fallo consecutivo de un jurado estadounidense contra ambas compañías por la misma situación. Justo en marzo, cuando empezó el juicio por los Pilliod, se las condenó a pagar más de 71 millones de euros a otro septuagenario californiano por considerar de nuevo que el glifosato, su producto estrella, había causado su cáncer.

No sin relación, en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya clasificó este producto como «probablemente cancerígeno para los seres humanos», cosa de la que discrepan algunas agencias internacionales. Mientras tanto, la Unión Europea (UE) sigue apoyando su uso.