El Ibex consiguió consolidar la cota de los 9.600 puntos al cierre de ayer, tras subir el 1,66% y convertirse en el mercado de valores europeo más alcista, gracias al empuje de constructoras y de los blue chips. Por su parte, y tras cuatro sesiones consecutivas de subidas, los índices norteamericanos se instalaron en la senda negativa a la espera de conocerse más detalles sobre el plan de estímulo fiscal auspiciado por el presidente electo Barack Obama. El barril de crudo Brent se mantuvo por debajo de los 48 dólares.

Los inversores parecen haber apartado la mirada del conflicto entre Palestina e Israel para fijar su atención en las posibles nuevas bajadas de tipos de interés en Europa (el BCE se reúne el próximo día 15 de enero). Se notó especialmente en el mercado de divisas, donde el euro bajó hasta los 1,35 dólares. Las operaciones corporativas en distintos sectores acabaron de impulsar las compras. A pesar de la tendencia a la baja de los índices norteamericanos, todas las bolsas europeas cerraron sus puertas en positivo, aunque con menor euforia que la española. El efecto enero --suele ser un mes alcista en los mercados-- ha impuesto el ritmo tras las pérdidas con las que se llegó a final del 2008. Las compañías constructoras registraron las mayores alzas de la sesión: FCC ganó el 6,25%; Ferrovial, el 8,45%; ACS, el 6,12% y Sacyr Vallehermoso, el 7,3%. Junto a ellos, Gamesa, que subió el 7,9%, se convirtió en uno de los mejores valores.

Los grandes del parquet también cerraron en números verdes. Telefónica escaló el 0,8%; BBVA y Santander subieron el 1,88% y el 2,14%, respectivamente; mientras que Iberdrola ganó el 2,58% y Repsol, el 1,07%. Solo seis compañías terminaron la jornada en terreno negativo, y destacó el 3,4% de Grifols. Mapfre e Iberia repitieron cotización. En el mercado continuo, destacó Vueling al registrar un avance del 20,37%, a punto de culminar la fusión con Clickair. Las compañías inmobiliarias también atrajeron al dinero.