Primera lectura, primer cabreo empresarial. Así podría resumirse el estado de ánimo que la propuesta de reforma laboral del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dejó ante el empresariado español representado por la patronal CEOE. Uno de los vicepresidentes de la organización empresarial se mostró contundente tras conocer la propuesta del Ejecutivo. "Se han vuelto locos, esto es una contrarreforma sindical", dijo a este diario.

Para el empresariado, la propuesta conocida ayer supone una involución y una decantación clara del Gobierno en favor de las tesis sindicales. "Quieren quitar incluso los contratos temporales", aseguraba la misma fuente mostrando la contrariedad que el documento ha causado en el seno de la CEOE y que será expresada de manera más concreta al Ejecutivo en el transcurso de la próxima semana.

AGRESION DIRECTA La junta directiva de la gran patronal española presentará en los próximas días una opinión más colegiada del texto anunciado ayer por el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, aunque los miembros consultados de la organización no escondieron la "profunda decepción" que les causó conocer los propósitos del Ejecutivo, que entienden como una agresión directa a los intereses del empresariado.

Más prudentes, los líderes políticos de diferentes partidos contuvieron la respiración. Incluso el líder del PP, Mariano Rajoy, aprovechó su encuentro con el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, para mostrar su "buena disposición" ante la reforma laboral que Zapatero ha decidido presentar.

De hecho, el propio ministro de Trabajo admitió que cuentan con la buena predisposición de los grupos parlamentarios para convalidar el decreto de reforma laboral el próximo 22 de junio.

APOYO POLITICO Desde la coalición nacionalista CiU, Pere Macias, el portavoz adjunto en el Congreso, aclaró que su formación votará a favor o en contra de la reforma del mercado de trabajo con independencia de lo que decida el Partido Popular y de si el Gobierno tiene suficientes apoyos para lograr su aprobación. "Nuestra opinión no se basa en lo que hacen o dejan de hacer los otros", insistió el dirigente catalán en un encuentro con periodistas. "Si la reforma es buena, votaremos que sí, la haga quien la haga; y si no es buena votaremos que no, la haga quien la haga y vote el PP lo que vote", concluyó Macias con una línea argumental similar a la de su jefe de filas en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida.